Francisco de Aguilar y Fuentes y la litografía en
Canarias
por Carlos Gaviño de Franchy
por Carlos Gaviño de Franchy
Pierre
Petit: Francisco de Aguilar.
París,
28 de abril de 1865.
Colección particular. Tenerife
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Particularmente dotado para la actividad
artística asistió, desde muy joven, a las clases que impartía don Lorenzo
Pastor y Castro [4] en la Academia de Bellas
Artes, con quien aprendió la técnica de la aguada. Cuando contaba veinticuatro
años de edad participó de manera relevante en la constitución de la Sociedad de
Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, a cuya fundación contribuyó
decisivamente, tal y como se desprende de lo narrado en un crónica que vio la
luz en el periódico La Aurora,
firmada por Un aficionado:
A fines del
año último de 1846, se organizó en el seno de esta capital una sociedad de
jóvenes artistas con el modesto propósito de ejercitarse en las artes del
dibujo, de la pintura, escultura, y del grabado sobre madera y metal,
auxiliándose mutuamente con sus observaciones, sus conocimientos, sus
habilidades, y aun más con aquella noble emulación propia de las almas bien
nacidas, con aquel ardiente anhelo de elevarse sobre los demás hombres que
anima al verdadero artista; que le alienta en sus laboriosas tareas, le
sostiene firme contra los clamores de la envidia, el olvido de sus
conciudadanos, las acerbas y malignas criticas de los Prótas, y le hacen
superar todos los obstáculos, todas las trabas, que retardan sus rápidos pasos
en la carrera artística, hasta conseguir la realización de sus designios, el
fin y la perfección de su obra, cuyo resultado es siempre la gloria del país
que lo vio nacer y la admiración de la posteridad.
Francisco de Aguilar: Vista de Santa Cruz de Tenerife. Óleo/tela. 1845. Colección particular. Tenerife |
Antes de
entrar en el examen de esta bella y patriótica exposición, verificada los días
25, 26 y 27 del presente mes de diciembre en la sala principal de la Junta de
Comercio, debemos tributar justos y merecidos elogios al creador de esta
sociedad D. Pedro Maffiotte, quien en el viaje que hizo en 1846 a Italia, cuna
de las Bellas Artes europeas, en medio de la Ciudad de los Césares, de las
ruinas de Pompeya y Herculano, de las maravillas artísticas del Pueblo-Rey,
concibió un pensamiento eminentemente patriótico, el de establecer en el suelo
que le dio el ser una academia de jóvenes artistas a los que pudiera comunicar
los nuevos conocimientos que había adquirido en su peregrinación por África;
Francia e Italia. En efecto, a su regreso a Santa Cruz, manifestó su proyecto a
los señores don Nicolás Alfaro, don Francisco Aguilar y don Bernabé Rodríguez,
quienes le dieron mayor amplitud, agregándose once socios más, y formando los
estatutos de la sociedad denominada de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife;
en el día, anunciamos con la mayor satisfacción la reunión de nuevos socios
cuyas obras contribuirán al brillo de esta institución.
Pierre
Petit: De izquierda a derecha:
Nicolás Alfaro, Francisco de Aguilar,
Juan La
Roche y Agustín Guimerá.
París, 28 de abril de 1865.
Colección particular.
Tenerife
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Empero,
vencidas estas primeras dificultades, los jóvenes alumnos de las musas
tropezaron con otras mil capaces de desalentar a quienes no se sintiesen como
ellos poseídos del numen artístico; casi sin modelos, sin pinceles, sin
pintura, sin piedras, sin obras didácticas y sin maestros, ellos fueron a la
vez maestros y discípulos; ellos tradujeron del francés al castellano la obra
de Thénot, la única que pudieron proporcionarse sobre la perspectiva; ellos, en
fin, crearon sus piedras, confeccionaron sus colores y pinceles, e idearon sus
modelos: con estos limitados y escasos recursos quince jóvenes han producido en
el corto espacio de un año 68 cuadros de todos tamaños, clases y géneros, 14
piezas de escultura, varios grabados en metal y una obra de mecánica, o
martinete propio para clavar grandes palos herrados en el fondo del mar.
Además de esta
prueba incontestable de sus habilidades, estos artistas han corroborado del
modo más convincente, con la exposición pública de sus obras, una verdad
trascendental que debe fijar la atención de los buenos patricios, excitar su
celo hacia cuanto pueda proporcionar ilustración y gloria al suelo patrio cuyo
porvenir les está confiado, y es la privilegiada organización de los hijos de
Santa Cruz, de todos los isleños canarios, para las Bellas Artes; en efecto, no
hay más que tender la vista en derredor nuestro, y por doquier veremos brotar
aventajadas inteligencias que crecen, se engrandecen como por encanto, brillan
con obras superiores a su edad, y de quienes no se debieran esperar sino
débiles ensayos: tales las encontramos en el dibujo, en la pintura, escultura,
literatura, poesía; música, y aun en las artes mecánicas. Pero, al mismo tiempo
que las musas prodigan a manos llenas estas preciosas dotes a sus favoritos,
les rehúsan, por otra parte, los medios necesarios para entregarse con descanso
y esparcimiento a sus artes predilectas: parece que esas maliciosas hijas de
Mnemosina han querido excitar con esa privación el ingenio de los artistas, así
como el sabio médico manda la dieta al hombre hastiado de exquisitos manjares,
a fin de aguzar su apetito: mas, como con la dieta extremada las fuerzas
vitales llegarían por fin a debilitarse, de la misma manera el artista
desmayará en su empeño, en sus nobles tareas cuando le falten los auxilios y la
protección de que necesita para dar libre curso a sus facultades, y mayor
impulso a su ingenio. En este estado se halla la nueva sociedad artística, así
como en otro igual se hallan las demás de esta capital, no sosteniéndose desde
tantos años sino a fuerza de repetidos sacrificios personales, sin más premios
que el de ser útiles al país.
Sin embargo,
al examinar aquellas producciones, e íntimamente penetrado de su grande
importancia, el señor Jefe Superior político ha ofrecido espontáneamente su
ilustrada protección a la sociedad, facilitándole desde luego una magnífica
colección de grabados de su pertenencia. Con igual beneficio ha sido favorecida
por don Sabino Berthelot cónsul de Francia en esta provincia, siempre
entusiasta por las glorias de nuestro país y amante sincero de los artistas de
mérito; quien ha facilitado a los jóvenes socios una numerosa y escogida
colección de pinturas, dibujos, grabados, litografías, obras didácticas y ha
ofrecido pedir colores a las fábricas más nombradas de París.
En cuanto a
nosotros, no permaneceremos espectadores indiferentes de un suceso notable en
los anales de nuestras artes; procuraremos cooperar con todos los medios que
estén a nuestro alcance, al fomento de esta empresa ideada y llevada a cabo por
aquellos jóvenes compatriotas, la que logrando mayor extensión, desarrollo y solidez
prepara tal vez días de gloria y provecho a estos artistas beneméritos y a la
patria que ha saludado con alborozo sus esfuerzos [5].
Pereira
Pacheco:
Bartolomé Cairasco de Figueroa
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Aunque los
jóvenes de esta sociedad no han visto pintar prácticamente a ningún maestro,
casi todos han recibido explicaciones y consejos de don Lorenzo Pastor para la
pintura al óleo, así como la mayor parte de las miniaturas y paisajes a la
aguada fueron ejecutados con anterioridad a la formación de la Sociedad y bajo
la dirección del mencionado don Lorenzo Pastor.
En las exposiciones, organizadas por la
Sociedad de Bellas Artes fueron mostrados al público, junto con sus primeras
experiencias en la práctica de la técnica litográfica; paisajes al óleo, muchos
de ellos de temática naval; dibujos y algunos pequeños trabajos a la aguada,
obra todos de Francisco de Aguilar y es posible que entre ellos figurara el
retrato de Joseph de Viera y Clavijo, que lleva fecha de ese año y
correspondería al que se cita en el catálogo tan sólo como miniatura [6]. El retrato, de
12,6 x 7,9 cm, parece copia de un original de Antonio Pereira Pacheco,
actualmente en paradero desconocido, que formaría parte de una serie en la que
debieron figurar, al menos, otros dos con las efigies de Bartolomé Cairasco de
Figueroa y Antonio de Viana. Esto nos llevó a creer hace algún tiempo que la
copia de Aguilar fuera obra de Pereira Pacheco, hasta que reparamos en que se
encontraban en la parte inferior del mismo las iniciales de aquel y el año de
su ejecución: 1847. Comparando los retratos de Viera y Cairasco, es fácil
percibir una mejor capacidad técnica en el que representa al primero, en
detrimento de la torpe ejecución del segundo, acorde con la producción del
prebendado.
Francisco
de Aguilar: José de Viera y Clavijo.
Aguada. 1847. Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife
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Belza:
Pedro Mariano Ramírez. Fotografía.
Ca. 1860. Colección particular. Tenerife
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También en 1848 pintó al óleo, y firmó en
el reverso, una tela que lleva por título Bombardeo
de Tenerife por la escuadra de Nelson el 25 de julio de 1797 que, junto con
otra de la misma temática, Desembarco de
tropas inglesas para el asalto a Tenerife, 25 de julio de 1797, pasaron a
formar parte de las colecciones del Museo Naval de Madrid en 1883, y
contribuyeron a que Manuel Ossorio y Bernard incluyera el nombre de Aguilar —y
el de su hermano Abel— en su Galería
biográfica de artistas españoles del siglo xix. [12]. Dos años más tarde fue elegido
académico de número de la Real de Bellas Artes de San Miguel Arcángel de
Canarias y, el 28 de diciembre de 1859, se le confirmó tal distinción con
carácter honorario [13].
Alternó Francisco de Aguilar su actividad
artística con el desempeño de una ayudantía de Obras Públicas de la provincia
—fue ayudante primero del Cuerpo de Ingenieros — y su labor como maestro de
obras. En este aspecto habría que destacar su participación en la fábrica del
edificio de la Asociación de Socorros Mutuos y Enseñanza Gratuita de Santa Cruz
de Tenerife, de la que fue vicepresidente [14],
cuyas obras dirigió de forma desinteresada de 1869 a 1885, año este último en que
fue sustituido por el arquitecto titulado don Manuel de Oráa y Arcocha [15]. Pero no fue esta la única obra que asumió de
manera gratuita, pues también fue autor del proyecto del Puente Nuevo en la
avenida de la Asunción, cuyos trabajos coordinó hasta su conclusión [16].
Francisco
de Aguilar [atribuído]: Plaza de Santa
Cruz de Tenerife. Litografía F. Appel. Paris. 1867.
Archivo Histórico
Provincial de Santa Cruz de Tenerife
|
Francisco de Aguilar, ciudadano ejemplar y patriota
entusiasta, militó en las filas del partido liberal progresista y participó
en cuantos proyectos significaron avance y mejora de las infraestructuras de su
ciudad natal, aceptando la dirección de la Sociedad
de Edificaciones y Reformas Urbanas de Santa Cruz de Tenerife que desempeñó
desde el año 1891, hasta el de 1898, en que fue relevado por don Marcos Peraza
y Vega [17].
Colaboró con el
astrónomo Charles Piazzi Smyth, para el que construyó un calibrador de mareas
en septiembre de 1856, y con Alfred Samler Brown a quien proporcionó datos de
carácter meteorológico relativos a Santa Cruz de Tenerife, que figuran en su
libro Madeira, Islas Canarias y Azores [18].
Falleció soltero en Santa Cruz de
Tenerife, el día 10 de noviembre de 1905, en la casa familiar de la calle del
Pilar, cuando contaba ochenta y tres años de edad [19].
La prensa destacó, en diversas necrológicas, la valía del prócer:
Con su muerte
pierde su familia un miembro cariñosísimo, la sociedad un
ciudadano
ejemplar por sus virtudes y Santa Cruz un patriota entusiasta, decidido y
fervoroso. Cuantos le conocieron y trataron llorarán su desaparición como de
cosa propia. Nuestro Diario pierde también un colaborador que en muchas y
repetidas ocasiones y hasta hace muy pocos días nos ayudaba con sus notas y
consejos, inspirados siempre en su gran experiencia y en su acendrado patriotismo.
…
Por
repetición dolorosa nos arrebata la despiadada muerte un patriota más, un
tinerfeño de corazón incorruptible, un alma grande que vivía separada de estas
actuales miserias, consagrada al amor de este pueblo, a la defensa de sus
intereses.
Innumerables
servicios le debe el pueblo de Santa Cruz de Tenerife al inolvidable patricio,
ejemplo de probidad y honradez que ha de seguir la juventud tinerfeña si desea
desterrar de su seno los gérmenes infecciosos de la osadía y el atrevimiento [20].
Al tiempo que informaba, dos años más
tarde, de algunos objetos curiosos que había legado al Museo Municipal y que
fueron entregados por sus herederos a su director, don Teodomiro Robayna, entre
otros una cabeza de guanche momificada, una pequeña colección de minerales del
país, tres ejemplares de plantas marítimas y una mandíbula de pez de sierra [21].
Notas
[1] Apcsc: Libro xvi de Bautismos de bautismos, f. 111r. Nació el 5 de
diciembre de 1823 y fue bautizado al día siguiente. Agradezco la trascripción
de los datos de esta partida al
historiador Victorio Heredero Gascueña.
Apcsc: Libro x de
Matrimonios, f. 30r. El matrimonio tuvo lugar el 21 de febrero de 1811. La
biografía de Francisco de Aguilar ha sido objeto de estudio por parte del
profesor Manuel Á. Alloza Moreno, quien la incluyó en su trabajo: La pintura en Canarias
en el siglo xix. Aula de Cultura de Tenerife. Madrid, 1918. Véase Fernández de Bethencourt, F. et alt: Nobiliario de Canarias. Tomo
iii. La Laguna de Tenerife, 1959.
[2]
El primero de los miembros de esta rama de la familia Aguilar en establecerse
en las islas fue don Francisco José de Aguilar y Escobar, natural de Álora en
Málaga, que falleció en Santa Cruz de Tenerife el 15 de marzo de 1774. Su hijo,
don Juan de Aguilar y Martínez contrajo matrimonio en Antequera con doña Josefa
Hernández Espinosa y fueron padres de don Juan José de Aguilar Hernández,
casado en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción del citado puerto, el
día 21 de febrero de 1811, con doña María Manuela de Fuentes y Eduardo. Esta
señora descendía de Pedro de Fuentes, quien al parecer fue conquistador de
Tenerife y La Palma, formando parte como peón de la compañía del capitán
Bartolomé de Estupiñán, de acuerdo con las menciones que de él hacen Antonio de
Viana en el canto undécimo de las Antigüedades
de las Islas Afortunadas y fray Juan de Abreu Galindo en su Historia de la conquista de las siete Islas
Canarias, circunstancia ésta que, sin embargo, no ha podido probarse
documentalmente hasta ahora.
[3] Santa Cruz de Santiago de Tenerife. Padrón
Municipal. 1818. Introducciones de Febe Fariña Pestano y Daniel García
Pulido. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Madrid, 2009, p. 313.
[4]
Para la biografía del pintor y académico don Lorenzo Pastor y Castro
[1784-1860] véase Alloza Moreno, Manuel Ángel: La
pintura en Canarias en el siglo xix.
Aula de Cultura de Tenerife. Madrid, 1918.
[5] La Aurora. Santa Cruz de Tenerife, 2 de
enero de 1848.
[6] Los retratos de Viera y Cairasco, que
formaron parte de la colección del Museo Villa Benítez, se conservan
actualmente en el Fondo Anselmo Jacinto Benítez de la Biblioteca Municipal de
Santa Cruz de Tenerife. Del que representaba al poeta Antonio de Viana, no
hemos alcanzado a ver más que una reproducción muy retocada inserta, a manera
de frontispicio, en la edición de 1905 de las Antigüedades de las Islas Afortunadas…, impresa por la Tipografía
de La Laguna, Herradores 55, que estuvo al cuidado de don José Rodríguez Moure.
[7] Participó Aguiar, con las obras que a continuación se citan, en las
exposiciones celebradas en 1847, 1848, 1849, 1850 y 1852.
Sociedad de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1847. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta Isleña, 1847.
6 p.; 16 cm.
—Paisaje al
óleo, copia de una lámina.
—San Francisco de Padua, copia de otra
igual.
—Paisaje en
miniatura.
—Paisaje en
miniatura.
—Fragata de guerra a pique, a dos creyones.
—La Caridad, del Correggio, miniatura,
copia de un grabado.
—El Invierno, miniatura.
—Predicación del Salvador, miniatura,
copia de una pintura al óleo.
—Miniatura.
—Pérdida del Benedito, borrón a dos creyones.
—Vista de Santa Cruz de Tenerife, al óleo.
Sociedad de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1848. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta Isleña, 1848.
7 p.; 16 cm.
—Pesca de noche en la bahía de Santa Cruz de Tenerife, copia de una litografía.
—Una
cabeza, también al óleo, copia.
—Plaza de la Constitución de dicha
ciudad, sacada y litografiada por el mismo. —Estudio de retratos al pastel.
Vista del muelle de esta capital al lápiz plomo.
—Puerto de Naos al pastel.
—Charco de San Ginés, también al pastel.
—Puerto del Arrecife, al lápiz plomo.
Sociedad de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1849. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta, Litografía y Librería Isleña, 1849
5 p.; 16 cm.
—Naufragio de la fragata inglesa Brooke,
al óleo.
Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de
Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1850. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta Isleña, 1850.
14 p.; 16
cm.
—Interior de una Iglesia Católica en la Siria,
al temple.
—Incendio del bergantín francés, “The Fame”, en la Rada de Santa Cruz de Tenerife, al óleo.
—Barco pescador de la bahía de Douarnenez,
al óleo.
Sociedad de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1851. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta, Litografía y Librería Isleña, 1851
12 p.; 16
cm.
Sociedad de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1852. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta Isleña, 1852.
7 p.; 16 cm.
—Retrato, a
la aguada.
— Aguada, copia
de Villaamil.
[8] El
Porvenir de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria, 4 de junio de 1853.
[9] Sociedad de Bellas Artes de
Santa Cruz de Tenerife
Exposición
de la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife: diciembre de 1851. Santa
Cruz de Tenerife: Imprenta, Litografía y Librería Isleña, 1851.
El Museo
Canario. Fondo Luis Maffiotte. Véase también: Cola
Benítez, Luis: Santa Cruz, bandera
amarilla. Epidemias y calamidades [1494-1910]. Ayuntamiento de Santa Cruz
de Tenerife. 1996.
[10] Véase, Padrón Acosta, Sebastián: Retablo Canario del siglo xix. Edición, notas e índices de
Marcos G. Martínez. Biblioteca de Autores Canarios. Aula de Cultura de
Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, p. 36, y Zamora
Lloret, Josefina: Estudio sobre La
Aurora, semanario de Literatura y Artes [1847-1848]. Ediciones Nuestro
Arte. Santa Cruz de Tenerife, 1980.
[11] La
prestigiosa casa F. Appel de París tenía establecidos sus talleres en el 12 de
la Rue du Delta, y sucursales en la ciudades de Burdeos y Lion. El 28 de abril
de 1865 Francisco de Aguilar dedicó el retrato individual que le había tomado
el prestigioso fotógrafo Pierre Lanith Petit, en su estudio parisino, en el
transcurso de la misma sesión en que se obtuvo otro de grupo en el que figura
con sus amigos Nicolás
Alfaro y Brieva, Juan La Roche Siera y Agustín E. Guimerá Castellano. En la
fecha en que se produjo este viaje, Appel disfrutaba ya de reconocido prestigio
en las artes gráficas y pudo muy bien ser el suyo el obrador elegido por
Francisco de Aguilar para estampar sus vistas de Santa Cruz.
[12] Pintor contemporáneo,
individuo de la Academia de Bellas Artes de Canarias, y representante de la de
San Fernando en la comisión de monumentos históricos y artísticos de dicha
provincia. En el Museo Naval figuran dos obras de este artista con los números
532 y 533, representando los Ataques de
las Islas Canarias por el contraalmirante Nelson en 22 y 25 de julio de 1797.
En la
Exposición provincial de Agricultura, Industria y Bellas Artes celebrada en la
ciudad de las Palmas en 1862 le fue concedida una medalla de bronce por su Vista del puerto de Arrecife, pintada a
la aguada.
Ossorio y Bernard, Manuel: Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix. Ediciones Giner. Madrid, 1975,
p. 9
[13] Académico Honorario el
28 de diciembre de 1859. Académico de Número propuesto el 31 de julio y elegido
el 25 de septiembre de 1851.
[14] La Democracia. Santa Cruz de Tenerife,
26 de marzo de 1881
[15] Su
actividad como maestro de obras ha sido estudiada por la doctora Candelaria
Hernández Rodríguez. Véase Hernández
Rodríguez, María Candelaria: Los maestros de obras en las Canarias Occidentales [1785-1940].
Aula de Cultura de Tenerife. Cabildo de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, 1992.
[16] Diario de Avisos. Santa Cruz de Tenerife, 14 de mayo de 1997.
[17] La Opinión. Santa Cruz de Tenerife, 28 de marzo de 1891.
La Opinión. Santa Cruz de Tenerife, 24 de junio de
1898.
[18] Piazzi Smyth, Charles: Teneriffe,
an astronomers experiment. London, 1858, p. 437.
Samler Brown, Alfred: Madeira, Islas Canarias y Azores. Ediciones del Cabildo Insular de
Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 2000, p. 174.
[19] Registro Civil de Santa Cruz de Tenerife. Libro lii, f. 219. Sección iii.
[20] La Opinión. Santa Cruz de
Tenerife, 10 de noviembre de 1905.
[21] La Opinión. Santa Cruz de Tenerife, 22
de julio de 1907.
Quisiera conocer la descendencia de Abel Aguilar.
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