Siete
peñas sobre ondas:
Viera y Clavijo y el emblema heráldico de Canarias
[1]
Juan Gómez-Pamo y Guerra del Río
La comunidad
autónoma de Canarias cuenta con escudo heráldico oficial a partir de 1982. Sus
orígenes formales pueden rastrearse desde el siglo XVI, ya que en ese momento
nació en la corte para ceremonias relacionadas con el poder real. Hasta mucho
tiempo después de su creación no tuvo un uso efectivo en las Islas. Su
aparición está asociada al Reino de las Islas de Canaria que forma parte de la
titulación de los Reyes de España. En sus inicios el uso de ese emblema estaba
limitado exclusivamente al entorno regio, no conocemos referencias a que haya
sido utilizado en las islas. Las únicas instituciones civiles que disponían de
armerías en el Archipiélago eran los Cabildos de las islas de realengo, Gran
Canaria, Tenerife y La Palma, los obispos usaban sus armas personales, de la
misma manera que los capitanes generales y los titulares de las islas de
señorío. Por supuesto, las armas reales también se ostentaban en lugares
públicos, pero sin referencias al Reino de las Islas de Canaria porque eran las
mismas armerías que podían verse en otros lugares de la Corona de Castilla.
El interés por
el origen y la evolución del emblema canario no parece documentado entre los
autores isleños hasta el siglo de las Luces. En ese contexto, el primero que
aporta noticias fehacientes es Francisco Xavier Machado Fiesco [2] y le sigue
José de Viera y Clavijo [3]. En fechas más recientes se han ocupado atinadamente
de esta cuestión Félix Martínez Llorente [4], José Manuel Erbez Rodríguez [5] y
Juan José Sánchez Badiola [6].
Las
Islas de Canaria, un Reino sin emblema heráldico
Armas de los Reyes Católicos
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El propio
Viera sustenta que a las Islas le correspondía un escudo de armas por ser un reino,
el Reino de las Islas de Canaria [7]. Así aparece citado en el título largo de
los monarcas españoles desde que se incorpora al dictado de los Reyes
Católicos, en el que figura al menos desde marzo de 1492 y antes de que
finalizara la conquista total de las islas después de la rendición de Granada.
En algunos documentos el reino de Granada y el de las islas de Canaria se
colocan después de los demás reinos y antes de los condados y señoríos, pero la
forma que se consagrará es situar a Granada entre Sicilia y Toledo, y el reino
de las Islas de Canaria entre Gibraltar y el condado de Barcelona. Según la
fórmula generalizada en los documentos de la cancillería de Fernando e Isabel
estos figurarán como rey y reina de las Islas de Canaria [8].
Al final del reinado
de los Reyes Católicos, la expresión
de dominio de su intitulación regia era la siguiente: Don Fernando y
Doña Isabel, Rey y Reina de Castilla, de
Aragón, de León, de las dos Seçilias, de Iherusalem, de Granada, de Toledo, de
Valençia, de Gallizia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdenna, de Cordova, de
Corçega, de Murçia, de Jahen, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar, de
las Yslas de Canaria e de las Yndias, tierra firme del Mar Océano, condes de
Barcelona, sennores de Vizcaya e de Molina, duques de Athenas e de Neopatria,
condes de Ruysellon y Çerdania, marqueses de Oristan e de Goçeano [9]. El
hecho de la adopción de la nueva titulación real con anterioridad a la
conquista de La Palma ya fue advertido por Viera, al mencionar de forma explícita
que Fernando el Católico se confirmó con la rendición de la Palma, en el título de Rey de las Islas de Canaria,
de cuyo epíteto ya había usado [10].
En muchas
manifestaciones cortesanas, cortejos procesionales, entierros reales,
ceremonias de entrada a las ciudades, alegorías de la majestad real, etc., en
las que se requería que figuraran imágenes que correspondieran a los distintos
títulos de dominio de la Monarquía Hispánica, se incorporaban representaciones
emblemáticas de los variados epígrafes del dictado regio. Se utilizaban para
ello elementos del escudo real, como los emblemas heráldicos de los reinos de
Castilla, León o Aragón; y también otras armerías que no figuraban en el
escudo, pero sí en el dictado de los soberanos como los emblemas de los reinos
de Galicia, Sevilla o Toledo, que tenían armas propias que no se habían
incorporado al escudo de la Corona [11]. El nuevo Reino de Canarias carecía de
emblemas privativos y, por tanto, sus primeras representaciones conocidas se
crearon para ese fin ceremonial o alusivo, como elementos decorativos en
ceremonias relacionadas con la persona del Rey. Con ese mismo sentido aparecen
también en representaciones alegóricas de los monarcas en las que sus estados
se manifestaban visualmente con la colocación de sus emblemas heráldicos.
Un ejemplo
paradigmático del referido uso de los emblemas como correlato visual de los
títulos regios lo constituye un grabado que incluye un retrato de Felipe II con
las armerías de sus estados. Entre la efigie regia y los escudos que figuran
bajo ella se ha colocado una filacteria sostenida por putti que aclara el
sentido de este retrato alegórico del poder real: Philippi titulis regnis et insignib. sacrum. La lámina fue dibujada
por Antonio Campi, grabada por
Agostino Carracci y está datada en 1585. El escudo correspondiente a Insularum Canariae aparece en blanco
[12]. Los autores no encontraron el emblema de las Islas por una razón muy
simple, porque no existía, no había sido creado.
En algún caso
se recurre a un emblema preexistente,
atribuido a reyes legendarios [13], que incluía un elefante y un leopardo [14].
Así aparece en el escudo del reino de Canaria que figura junto a los de los
otros dominios reales en una ilustración alegórica del matrimonio entre Juana
la Loca y Felipe el Hermoso y que pudo verse en la exposición dedicada al
emperador Carlos V en 2000. Este mismo emblema figura en otro armorial como las
armas del reino de Tierra Firme [15]. En un manuscrito de fines del siglo XVI,
conservado en la colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia,
las armas del Reino de Canarias se describen como escudo de oro con tres cañas de azúcar de sinople y un can atrauesado
de púrpura con collar de oro [16].
Las
siete islas, el emblema cortesano
El emblema que
definitivamente se convertiría en el siglo XIX en el escudo oficial de la
provincia única de Canarias y, ya en el último cuarto del siglo XX, de la
comunidad autónoma, tuvo el mismo origen cortesano que los ya mencionados. Las
siete islas representadas dos, dos, dos y una, sobre el mar, el escudo
sostenido por dos canes y timbrado por una corona sumada de una cinta que porta
la palabra Océano representa el final de un camino. Esa disposición de las
piezas del emblema queda fijada al representarse en el inicio de las Noticias de Viera. El arcediano de
Fuerteventura no decidió ese modelo sin antes documentarse y está claro que
recurrió a la persona indicada. Entre el brillante grupo de canarios que se
encontraba en Madrid durante el reinado de Carlos III figuraba un prestigioso y
culto magistrado, el lagunero Francisco Javier Machado Fiesco, que había
acudido a la corte como mensajero del Cabildo tinerfeño y llegó a ser ministro
y contador general del Real y Supremo Consejo de Indias. Machado había presentado
al Rey un memorial para el que se documentó sobre la historia de las Islas y
sus derechos, asimismo había redactado en 1759 un Plan que sobre monedas de plata y vellón para provinciales de las islas
de Canaria [17], documento en el que se aprecia su gran erudición a la hora
de argumentar la justificación para que el reverso de la moneda propuesta
llevase el escudo de Canarias.
José Peraza de
Ayala ofrece una semblanza de Machado: Como
diputado y mensajero de Tenerife a la Corte de Su Majestad presentó un memorial
sobre el estado infeliz de las islas, debido a las condiciones en que se
desarrollaba su comercio, el cual fue llevado a dicho Consejo [de Indias] en
1762, uniéndose después al expediente que se formó con otras representaciones e
informes que dieron por resultado que se dictara la Real Cédula de 24 de julio
de 1772, en que se otorgó a Canarias las ventajas del Decreto de 1765 sobre
libertad de comercio a las islas de Barlovento desde varios puertos de España.
También presentó al Monarca el Mapa General de las Islas Canarias, con una
relación compendiosa de todas ellas, en que se describía su situación
geográfica-histórica en todos sus múltiples aspectos por los años de 1762
[18].
Francisco Javier
Machado Fiesco: Escudo de Canarias
Juan Gómez de
Mora: Armas de los reinos de España
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Francisco Javier Machado Fiesco
en el mencionado Plan de 1759 defiende que
siendo también las Islas de Canarias un
Reino de los de la Corona de España y teniendo como tal sus armas, sean estas
el distintivo que se ponga a sus monedas provinciales; y añade que son dichas
armas de las Islas de Canarias un escudo con su corona de Reino, y en él siete
Islas de plata sobre ondas azules y en el jefe de dicho escudo unas letras de
oro que dicen OCEANO.
Que las dichas Islas han tenido desde lo
antiguo y tienen título de Reino no es dudable, cuando los mismos Reyes de
España lo expresan en todos los encabezamientos de sus Reales Cédulas
intitulándose Rey de las Islas de Canarias: lo que hace excusar el que se citen
más autores antiguos que los testifican. Pero en cuanto a que sus Armas son las
que se han expresado, no se puede omitir el citar algunos autores fidedignos
que uniformemente lo comprueban:
Juan Gómez de Mora en su obra titulada Auto
de Fe celebrado en Madrid año de 1632, e impresa en el mismo lugar y año en 4º,
trae una lámina de los escudos de Armas de los Reinos y principales Ciudades de
España entre las cuales se halla el del Reino de las Islas de Canarias
representado en la forma dicha [19].
En el Memorial, manuscrito en folio que presentó al Rey Don Felipe 4º Don Juan Alonso
Calderón, oidor de Granada, sobre sus 4 tomos del Compendio de la Monarquía de
España también se encuentran dichas Armas en relación. Y finalmente, para
omitir prolijidad, Don Miguel de Salazar, Cronista Mayor de Don Felipe 4º y su
Capellán de honor, en su formulario Ms. al folio 10 trae por armas del dicho Reino
de Canarias las mismas que se han expresado. Y este autor lo registró por las
concesiones de los Reyes [20].
Francisco Valonga: Escudo de Canarias
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La primera
representación conocida de los elementos que se fijarían en el escudo de
Canarias que encabeza las Noticias de
Viera, las siete islas en el mar y la palabra océano, figuran en una lámina de
la citada obra de Gómez de Mora. Hemos podido consultar una copia de esa obra
proporcionada por el investigador Juan Tous Meliá, a quién se debe la
localización de numerosos mapas y documentos que han sido fundamentales a la
hora de establecer un itinerario visual de este emblema y que además ha
publicado algunos de ellos con atinadas observaciones. La imagen está firmada
en 1632 por Francisco Navarro, grabador
que trabaja en Madrid entre los años 1632-1642 ilustrando portadas de
importantes y conocidos libros de la primera mitad del siglo XVII [21].
Representa un árbol coronado por una cruz y de cuyas ramas penden los escudos
de los tribunales del Santo Oficio, a la izquierda los que forman parte de la
Corona de Castilla y a la derecha los dependientes de la Corona de Aragón. En
la base del árbol figura el emblema inquisitorial y, a cada lado, los de las
coronas mencionadas situados debajo de los escudos de sus tribunales
respectivos. Cada uno de estos lleva encima una cinta o filacteria con el
nombre del tribunal. El propio autor nos aclara el sentido de la imagen: Los tribunales que están debajo de la
obediencia del inquisidor general y su consejo se dividen en dos Coronas. Una
en la Corona de Castilla y otra en la de Aragón como se manifiesta en el árbol que está dos hojas después de
esta, con las armas de cada Reino, o ciudad donde está el santo tribunal [22].
Alude al tribunal insular entre los que pertenecen a la Corona de Castilla: en las islas de Canaria, que son siete, en
la Gran Canaria.
En la parte
alta de la lámina una cinta acoge el lema: folia
ligni ad sanitatem gentium, ―las
hojas del árbol para sanidad de las gentes―, clara alusión al árbol de la
vida que menciona el Apocalipsis.
En esta
primera imagen del escudo de Canarias aparecen las siete islas ordenadas dos,
dos, dos y una sobre un mar figurado y una faja en el jefe o parte superior del
escudo, no está la palabra océano que más tarde aparecería en jefe, en punta o
en una cinta sobre el escudo.
La obra
manuscrita de Francisco Valonga y Gatuellas, conservada en la citada colección
Salazar y Castro y dedicada a Felipe IV, describe las armas del reino de
Canarias: siete islas en medio de un mar
y con una letra abaxo de oro que dize Oceani. Como señala Félix Martínez
Llorente [23], las islas están representadas en planta y no en alzado,
dispuestas tres, tres y una, la palabra Oceani figura en la punta o parte
inferior del escudo [24]. Rodríguez de Monforte en su Descripción de las honras… de Felipe IV ofrece otra variante: cinco
islas asoman por los flancos del escudo, dos y tres, en punta Océano [25].
El mencionado Plano de 1762 de Machado Fiesco incluye
la representación de un escudo en cartucho con las siete islas dispuestas dos,
dos, dos y una y en jefe la palabra océano [26], Repite su conocida
argumentación: Tienen estas islas título
de Reino, y como tal usan por armas, todas en general las que manifiesta el
escudo que se ve en lo alto de este mapa
[27].
Dámaso de
Quesada y Chaves, contemporáneo de Machado y de Viera, anota en su mapa lo
siguiente: Este escudo es del Reino de
las Canarias 7 islas de plata sobre ondas de mar azul y blancas y la faja
blanca en lo alto que simboliza ser Reino feudatario y en el Jefe del escudo
unas letras que dicen océano de Oro [28]. Tous Meliá ha señalado que esas
mismas armas fueron utilizadas también en el frontispicio de la Historia de Don
José Viera y Clavijo, a la que le añadió dos canes [29].
El mismo
Quesada en su manuscrito Canaria ilustrada y puente americano, fechado en 1770,
argumenta: Fueron siempre reputadas por
un Reino estas islas […] y como tal reino se le dio por escudo siete islas de
Plata en fondo de ondas de mar azul en lo alto una faja de plata y corona de oro orlada con 6 letras de
oro Océano [30].
Los elementos
principales del escudo del reino de Canarias o de las islas de Canaria ya están
definidos: las siete islas, representadas en planta o en alzado, situadas en
medio del mar, la palabra océano en una filacteria o en el interior del escudo.
Observamos variadas maneras utilizadas para disponer los mismos elementos. Esa
misma indefinición de sus pautas de representación nos indica que no había una
transmisión visual de la imagen, se trata de distintas interpretaciones de su
descripción escrita.
El
modelo de Viera, un emblema para Canarias
Los mismos
antecedentes eruditos que aporta Machado los menciona Viera al ocuparse del
escudo de Canarias en sus Noticias, aunque incurre en un pequeño error al
llamar García de Mora a Gómez de Mora, tal y como ha señalado Sánchez Badiola
[31] Expone la argumentación ya desarrollada por Machado: Las antiguas Afortunadas ―las Canarias― son Reino. Su Escudo de armas representa en siete peñas sobre ondas
azules las siete Islas, con corona Real, y en el jefe unas letras de oro que
dicen Océano.
Prosigue en
nota:
Así consta de la obra de Juan García de Mora
intitulada: Auto de Fe celebrado en Madrid año de 1632, impresa en 4, con una lámina de las Armas de los Reinos y principales
Ciudades de España. Lo mismo del Manuscrito en folio que Don Juan Alonso
Calderón presentó a Felipe IV, compendiando la Monarquía de España. Y lo mismo
del Formulario Ms. de Don Miguel de Salazar, Cronista mayor del referido
Príncipe, al fol. 100, quien tuvo a la vista todas las Reales concesiones.
Así, se había equivocado sin duda Othon
Trusches en su libro de los Escudos de Armas de los Dominios de la Casa de
Austria, que curiosamente escrito y bien iluminado en vitela, regaló al
Emperador Carlos V el Cardenal de Santa Sabina, y se conserva en la Real
Biblioteca de S. Lorenzo del Escorial. Pone pues a nuestras Canarias un Escudo
campo de plata con una faja diagonal azul, que representa el Zodiaco, cuyos
signos de Escorpión Libra y León, tres estrellas, y corona sin imperiales, son
de oro; y a la izquierda de la parte inferior un Rinoceronte blanco [32].
Viera menciona
al que fuera príncipe obispo de Ausburgo, Otto Truchsess von Waldburg, de la
familia de los grandes senescales ―en alemán Truchsess― hereditarios del imperio, cardenal de
Santa Sabina [33].
Las novedades
fundamentales del escudo que encabeza las Noticias de Viera consisten en que
las siete islas ocupan solas el campo del escudo; la palabra océano figura, no
en jefe ni en punta de aquel, sino en una cinta sumada a la corona real; y, por
último, la elección de dos canes como soportes del escudo. La composición
resultante gana en equilibrio y armonía, los perros permiten un recuerdo a la
etimología más aceptada sobre el nombre de las Islas y establecen una
asociación rápida entre la imagen del animal y el nombre de Archipiélago.
La divulgación
de la obra histórica de Viera y su prestigio como referencia fundamental sobre
el pasado insular contribuye a que el escudo allí representado se convierta en
el emblema no oficial de Canarias. No lo utilizaba todavía ninguna institución,
pero es percibido como una imagen que agrupa y representa a todas las Islas.
El mapa que
dedica Tomás López a la isla de Gran Canaria, fechado en 1780, lleva todavía un
escudo en el que figuran las siete islas, sin soportes, ni corona, ni lema. La
creciente consideración que alcanzaba el diseño que ilustra las Noticias como
escudo propio del Archipiélago queda reflejada en su utilización por el cónsul
D’Hermand en su Carte de las islas de 1785 [34], y por el mapa de José Trinidad
de Herrera para el Seminario Enciclopédico en 1786 [35]. Durante mucho tiempo
la principal fuente de información sobre Canarias que cualquier lector tenía a
su alcance era la obra de Viera, convertida en el texto canónico sobre las
Islas. Noticias para la historia de las
islas de Canaria era, en realidad, una enciclopedia de todo el saber sobre
Canarias, ordenado y expuesto a la manera ilustrada. No es de extrañar, pues,
que el emblema que figuraba al comienzo de sus páginas quedara consagrado como
la representación heráldica del Archipiélago.
Su prestigio y
difusión favorecieron que cuando se creó una institución cuyo ámbito
jurisdiccional abarcaba todo el Archipiélago se recurriera, con mínimas
variantes, al emblema utilizado en la obra de Viera. La Diputación Provincial
de las Islas no adoptó el emblema del Real Consulado que incluía las armas de
la Corona de Castilla, sino la versión de Viera, mucho más conocida y ya
consagrada.
Tomás López: Isla de Gran Canaria
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Los
escudos oficiales, el emblema institucional
La presencia
de ese escudo de armas en los preliminares de la obra fundamental de Viera, lo
convierte a los ojos de los lectores en la representación emblemática por
excelencia del Archipiélago. Al crease instituciones con jurisdicción sobre
todas las Islas de forma natural se adoptan esas armas que ya eran percibidas
como el escudo de Canarias por las personas cultivadas que se habían acercado a
su contenido.
Real consulado de Canarias
El Real
Consulado de Canarias es la primera institución que adopta oficialmente unos
emblemas heráldicos que recogen las piezas del escudo de Canarias. Hasta ese
momento solo había tenido un uso alegórico, primero en el contexto cortesano y
más tarde en mapas y escritos de estudiosos.
Esta
corporación se crea por una Real Cédula de 1786, que dedica su apartado LV al
emblema heráldico: Tratamiento y blasón
del Consulado. Tendrá este Cuerpo el tratamiento de Señoría, y por blasón el
escudo de las islas Canarias, y la orla con figuras alusivas a su instituto,
del que usará también para el sello de oficio, y portadas de sus casas
[36]. No describe el escudo, la obra de Viera había consagrado ya el que
reproduce en sus Noticias como
indiscutido emblema de las Islas. Fray Antonio Hernández Bermejo es el autor
del escudo grande de Carlos III que
figura en la portada de la Real Cédula [37] y de un hermoso dibujo de blasón
del Real Consulado que sigue el modelo aducido de Viera [38].
Un sello de
lacre de la nueva institución nos muestra un escudo ovalado con seis islas
dispuestas alrededor de una central, de mayor tamaño y con un pico. Una bordura
lleva la siguiente leyenda: Real
Consulado de Tenerife y demás Islas Canarias 1787. Está sostenido por dos
canes de un diseño estilizado. El prebendado Pereira Pacheco incluye las Armas del Real Consulado establecido en 29
de febrero de 1787 en sus planos de la ciudad de la Laguna de 1831 y 1855
[39].
Existe otra
versión del emblema del Real Consulado de Canarias, que combina las piezas
tradicionales con las armas reales de Castilla. En un escudo ovalado figuran
las siete islas en el mar, puestas una, dos, dos y dos, y en escusón las armas
de la corona de Castilla, el cuartelado de Castilla y León. La palabra océano
está escrita en una filacteria sumada a la corona. En este caso la isla situada
en la parte superior se representa a mayor tamaño que las demás y con un pico
pronunciado, como la central del sello de lacre, en clara alusión ambas a la
isla de Tenerife, sede de la corporación.
La primera
ocasión en que el emblema heráldico canario hubiese figurado en un espacio
público habría sido sobre el arco de entrada de la Alameda de la Marina ideada
por Amat y Tortosa en 1787, finalmente se prefirió coronarlo con las armas
reales. José de Béthencourt Castro [1757-1816] proyectó un edificio en 1791
como sede del Consulado. Sus planos los dio a conocer el profesor Hernández
Gutiérrez, quien menciona la presencia en su pórtico de entrada de los escudos reales, el de Canarias y el
de la institución [40]. En el plano se aprecia un escudo que lleva el
cuartelado de la Corona de Castilla y ocupa el paramento sobre la puerta principal,
entre dos ventanas laterales. Bajo ellas y sobre unas puertas de menor tamaño
que la central distinguimos dos escudos, probablemente gemelos, que
corresponderían al Real Consulado [41].
La Diputación Provincial
Cuando se
produce la división provincial de 1833 y se crea la provincia de Canarias, la
recién creada Diputación Provincial adopta el escudo que figura en la obra de
Viera. El Boletín Oficial de Canarias,
medio de difusión del nuevo organismo, incluye en su cabecera un emblema que
sigue fielmente el modelo difundido por el historiador de las Islas. Se
confeccionan reposteros y distintos elementos y piezas del mobiliario en los
que figura el emblema isleño, como en el remate del dosel, tallado en madera
estucada y dorada de su salón principal. Francisco Granados Calderón realizó en
1901 el escudo situado en la fachada de la sede de la Diputación [42],
actualmente del Parlamento de Canarias.
José Agustín
Álvarez Rixo refiere que en 1828, durante su etapa como alcalde del Puerto de
la Cruz y para ornato de las salas consistoriales de esta localidad, había
donado un cuadro grande con el escudo de
armas de estas Islas [43]. Se ha relacionado con este autor un grabado
calcográfico coloreado, realizado a partir del escudo de Viera, que se
reprodujo en la edición de 1996 de la obra sobre fortificaciones del general
Pinto de la Rosa [44].
Las armerías
corporativas de la Diputación se encuentran representadas en edificios
oficiales de Santa Cruz de Tenerife, la capital provincial. El antiguo Hospital
Civil, actual Museo de la Naturaleza y el Hombre, ostenta en su fachada las
armas insulares que campean en un escudo ovalado, timbrado de corona mural. El
general Weyler encargó al pintor Gumersindo Robayna la decoración del salón del
trono del Palacio de la Capitanía General de Canarias, en la plaza del Príncipe
de esa ciudad. El artista realizó una serie de pinturas murales con un completo
programa heráldico, en lo que la profesora Carmen Fraga ha denominado una iconografía simbólica del Estado
[45]. Se trata de doce escudos flanqueados por figuras alegóricas,
correspondientes a los emblemas heráldicos de España, en dos ocasiones, la
Corona de Castilla, Canarias, Santa Cruz de Tenerife y cada una de las siete
islas. El escudo que porta el emblema del Archipiélago, timbrado también de
corona mural, descansa sobre el lomo de un perro [46].
En la ciudad
de Las Palmas existen contadas figuraciones del emblema provincial. Los escudos
sostenidos por leones que rematan algunos pilares de la verja del palacio del Gobierno
militar en el parque de San Telmo sirven de ejemplo.
Gregorio Chil y
Naranjo: Escudo de Canarias
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Asimismo
continúa su uso como emblema territorial de las Islas, no como distintivo de
una corporación sino como imagen que representa al Archipiélago. Con ese
sentido figura el escudo, con numerosas variantes, en el frontispicio o entre
las ilustraciones de libros y publicaciones periódicas. Los ejemplos en esa
línea son numerosos: la obra de Webb y Berthelot [47], la Guía de Zufiría y Monteverde [48], la nueva edición de La Isleña de
las Noticias de Viera [49], las Cartas de Nougués y Secall [50], la Crónica de Giménez Romera [51], los Estudios de Chil y Naranjo [52], La Ilustración de Canarias, revista
quincenal que se publicó en Santa Cruz de Tenerife entre 1882 y 1884, etc. El
histórico Diario de Avisos, que comenzó a publicarse el 1 de julio de 1890 en
Santa Cruz de La Palma, llevó por algún tiempo en su cabecera el escudo de
Canarias. El Boletín de la Cámara Oficial
de Comercio, Industria y Navegación de la Provincia de Canarias, publicado
desde 1912, llevaba dos escudos acolados, el del Reino de España, en su versión
de cuartelado de Castilla y León, con las flores de lis borbónicas en escusón,
y el de la provincia de Canarias, ambos cubiertos por el manto real. El
repertorio clásico de Paluzie incluye las armas provinciales canarias [53].
Nougues y Secall: Escudo de Canarias
Zufiría y
Monteverde: Escudo de Canarias
Boletín Oficial de Canarias 1936
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A pesar de
esta difusión, el emblema canario no ha sido siempre bien conocido en otros
ámbitos y en algunos repertorios de carácter nacional se recurre al emblema
heráldico de la capital de la provincia para ocupar su lugar. En ocasiones,
incluso, al escudo del antiguo concejo de la isla de Tenerife, usado
posteriormente por el Ayuntamiento de La Laguna. El pintor Francisco Aznar
realizó cinco lienzos para decorar el salón de conferencias del Congreso de los
Diputados de Madrid, en torno a la séptima década del siglo XIX. El titulado Alegoría de Canarias muestra siete
mujeres jóvenes, tres en primer plano, sentadas en la orilla del océano,
tocadas de coronas murales, y cuatro en segundo plano, con el agua del mar a la
cintura. Al fondo se representa al Teide humeante, la figura sedente central se
apoya en un escudo ladeado en el que se distinguen los emblemas del antiguo
Cabildo de Tenerife, concedidos por la reina Doña Juana en 1510. En una
colección de postales ilustrada con escudos de provincias, ejecutados por el
dibujante modernista Josep Triadó Mayol, se escogió el emblema de la capital
tinerfeña.
Francisco Boronat: Escudo de Canarias
Anónimo: Escudo de Canarias
Josep Triadó Mayol:
Escudo de Canarias
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En el campo de
la cartografía se realizaron repertorios de mapas y planos de provincias y
ciudades a los que se incorporaban sus emblemas heráldicos, lo que contribuyó a
que fueran más conocidos. Un ambicioso proyecto titulado España Geográfica Histórica Ilustrada consistía en un atlas cuyas
cuarenta y nueve láminas, con mapas de José Reinoso, se publicaron a lo largo
de las últimas décadas del siglo XIX por Francisco Boronat y Satorre.
Representaban las diversas provincias de España, incluían información histórica
y geográfica, vistas, figuras alegóricas y el escudo provincial. La lámina
dedicada a Canarias muestra el emblema tradicional de las Islas, sin soportes y
timbrado de corona real sumada de una cinta con el lema Océano. La colección España Regional, en la que participaron
Benito Chías y Carbó, Ceferino Rocafort y Casimiro Dalmau, ofrecía dos hojas
diferentes, editadas en torno a 1904. La primera representaba las islas de La
Palma, Gomera, Hierro y Tenerife, la segunda las islas de Gran Canaria,
Lanzarote y Fuerteventura. Tanto en una como en otra hoja el escudo que figura
es el de la capital provincial: Santa Cruz de Tenerife.
El horizonte
se amplió de tal manera que el emblema canario comenzó a aparecer en campos a
los que, hasta estos momentos, no había tenido acceso. Se representa en las
alfombras de flores que se elaboran para la festividad del Corpus Christi en La
Orotava, en 1915 figuraba en una composición junto con el escudo real y el de
la Villa. El conde de Zamora de Riofrío, Mariano Utrera Cabezas, encargó al
artista Cirilo Suárez Moreno un ex libris en el que aparece Clío, la musa de la
Historia. En el borde inferior izquierdo de la composición representó de forma
esquemática un escudo con las siete islas [54]. El mismo año el escultor
Perdigón realizó un boceto en yeso patinado del retrato de Viera, con la
armería insular en su base. En alguna fachada del casco histórico de la Laguna
existen aún placas de la Aseguradora
Española con el escudo insular. Este se representa en coleccionables como
en la imagen, realizada en torno a 1930, donde aparece con un diseño que sigue
la estética art déco, escoltado por una pareja con vestimenta tradicional y el
Teide a sus espaldas. La fábrica de cigarros La Reforma, de Agustín Viera, en Las Palmas, utilizó en sus
envoltorios y etiquetas una composición en la que figuraba un retrato del
propietario y los escudos acolados del Reino de España y la Provincia de
Canarias, timbrados de una sola corona real. Tabacos Ucanca también decoró con
el emblema insular sus vitolas.
Al producirse
la división provincial de 1927 decae su función como escudo heráldico oficial común
a todas las Islas, pero continúa con gran vitalidad su utilización emblemática
o alegórica para representar al conjunto del Archipiélago. Algunos de los
ejemplos más notables de su uso se realizan fuera de las Islas, relacionados
con las asociaciones de emigrantes canarios en Cuba, Venezuela y Argentina, que
lo adoptan como emblema no ya solo del territorio isleño, sino de todos los
canarios allí donde se encuentren. Figura en la cubierta del Reglamento general de la Asociación Canaria
de Beneficencia, Instrucción y Recreo, de La Habana, editado en torno a
1906 [55]. La revista Canarias, editada en Buenos Aires entre 1914 y 1955,
lucía en su cubierta un escudo que trae las siete islas y, en jefe, el sol
naciente que timbra el emblema de la República Argentina, está sostenido por
dos canes y timbrado de corona real. Fue utilizado como escudo por el Banco
Crespo, radicado en la localidad cubana de Cabaiguán [56]. El municipio de La
Habana cuenta con una de las representaciones más espectaculares en la llamada Quinta Canaria: el escudo isleño que
remata la imponente portada de la Asociación
Canaria Casa de Salud Nuestra Señora de Candelaria, timbrado de corona real
[57].
La Zona
Marítima de Canarias, creada en 1944, utilizó como emblema el escudo de Canarias
con las siete islas puestas dos, dos, dos y una, en jefe el lema océano,
timbrado de corona real y puesto sobre dos anclas en sotuer o aspa. Figura
también en los escudos de distintas agrupaciones militares.
La nueva
edición del Nobiliario de Canarias de
Fernández de Béthencourt, publicada en cuatro tomos entre 1952 y 1967 llevaba,
tanto en la tirada con cubiertas enteladas en azul como en la de piel roja, una
hermosa versión del escudo tradicional de las islas grabado en oro [58].
La Comunidad Autónoma
La Comunidad
Autónoma de Canarias cuenta con escudo oficial gracias a la ley orgánica
10/1982 del 10 de agosto sobre el Estatuto de Autonomía de Canarias.
El artículo sexto de dicho texto
legal dispone: Canarias tiene escudo
propio, cuya descripción es la siguiente: en campo de azur trae siete islas de
plata bien ordenadas, dos, dos, dos y una esta última en punta. Como timbre una
corona real de oro, surmontada de una cinta de plata con el lema «Océano» de
sable y como soportes dos canes en su color encollarados.
Repostero con el escudo de Canarias
|
La nueva
organización política del Archipiélago propició la proliferación de
representaciones del emblema oficial. Las modernas técnicas de reproducción en
serie uniformizaron los edificios públicos, los documentos y numerosos objetos
relacionados con la nuevas instituciones de la Comunidad Autónoma. No todas sus
expresiones tuvieron la calidad deseada e incluso se produjeron controversias a
partir de interpretaciones desenfocadas sobre supuestos significados de los
distintos elementos del emblema tradicional.
El escudo
oficial de Canarias se incorporó al campo de los honores y distinciones
autonómicas. Los Premios Canarias, creados en 1984, la Medalla de Oro de
Canarias, de 1986, la orden Islas Canarias, de 2000, ostentan en sus diplomas,
placas y medallas el emblema insular.
Las sedes de
instituciones oficiales de la Comunidad Autónoma, como el Parlamento de
Canarias o la hermosa casona que alberga al Consejo Consultivo, cuentan con
reposteros y elementos decorativos en los que el emblema ideado para encabezar
las Noticias de Viera ha cobrado
nueva vida. La ampliación de edificio del Consejo Consultivo corona su fachada,
en la calle Viana de la Laguna, con el escudo oficial. La sede del Gobierno de
Canarias en Las Palmas de Gran Canaria ostenta, sobre la puerta de acceso desde
la plaza Doctor Rafael O’Shanahan, un enorme escudo, obra del escultor Juan
Antonio Giraldo, timbrado de corona real surmontada de la cinta con el lema
Océano.
Consejo Consultivo
de Canarias: Escudo de Canarias
|
El
investigador José Hernández Moran ha aportado una reflexión erudita a partir de
su interpretación del uso de los perros como soportes del escudo canario, sus
conclusiones se acercaban a las de otro estudioso, José Antonio Cebrián Latasa,
en el sentido de identificar los canes ofrecidos a Juba II como focas. Hernández
Moran planteaba sustituir los tradicionales soportes por esos mamíferos marinos
[59].
Don José de
Viera y Clavijo proporcionó a sus paisanos en sus Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria
y en su Diccionario de Historia Natural
de las Islas Canarias una auténtica enciclopedia, al modo ilustrado, del
Archipiélago. La decisión de encabezar las Noticias
con el escudo atribuido por los eruditos a las Islas contribuyó a que el modelo
escogido fuera utilizado por las instituciones de ámbito canario y se
convirtiera en el emblema de los isleños en otras latitudes.
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NOTAS______________________________
[1] Este texto se ha redactado a
partir de la conferencia Emblemas
heráldicos de los ilustrados canarios, impartida en la Biblioteca Municipal
de Santa Cruz de Tenerife el 24 de mayo de 2013 dentro del ciclo dedicado a
Viera y Clavijo.
[2] Machado Fiesco [1974]:
135-167.
[3] Viera y Clavijo [1772-1783]:
III, 523.
[4] Martínez Llorente [2002]:
47-79.
[5] Erbez Rodríguez [2007].
[6] Sánchez Badiola [2010].
[7] Viera y Clavijo [1772-1783]:
III, 523.
[8]García-Mercadal y
García-Loygorri [1995].
[9]Sánchez Prieto [2004]: 276.
[10] Viera y Clavijo [1772-1783]:
II, 166.
[11] Menéndez-Pidal de Navascues
[1982].
[12] AA VV [2000]: 176-177.
[13] Sánchez Badiola [2010]: 359.
[14] Martínez Llorente [2002]:
72. Lorenzo Arrocha [2002].
[15]Alonso Mayo [1964]: 641. Recogimiento de nobleza que tracta de los
linajes de España... [Biblioteca del Monasterio de El Escorial, sig.
h-11-21] es un manuscrito del
siglo XVII, donde en los folios 382-386 se citan y describen las armas de todos
los dominios de los reyes de España: en
él vemos curiosos blasones, como el del Reino de Islas y Tierra Firme, con
escudo partido: primero, leopardo de oro, y segundo, un elefante de plata.
[16] Martínez Llorente [2002]:
72. Sánchez Badiola [2010]: 359.
[17] Machado Fiesco [1974]:
135-168
[18] Peraza de Ayala [1952-1967]:
IV, 479-480.
[19] Gómez de Mora [1632].
[20] Machado Fiesco
[1974]:167-168.
[21] Cacheda Barreiro [2006]:
391.
[22] Gómez de Mora [1632].
[23] Martínez Llorente [2002]:
73.
[24] Agradecemos al incansable
investigador Don Juan Tous Meliá las imágenes que tan generosamente nos ha
proporcionado de este manuscrito.
[25] Rodríguez de Monforte
[1666].
[26] Tous Meliá [1994].
[27] Tous Meliá [1994]: 39.
[28] Tous Meliá [1996a]: 5.
[29] Tous Meliá [1996a]: 5.
[30] Quesada y Chaves [2007]:
308-309.
[31] Sánchez Badiola [2010]: 361
[32] Viera y Clavijo [1772-1783]:
III, 523.
[33] Alonso Mayo [1964]: 617-665.
Heráldica general y origen de la nobleza,
por el cardenal y obispo de Augsburgo Otón Truchsess; dedicado a Felipe II; tres
tomos.
[34] Hermand [2000].
[35] Herrera [1995].
[36] Real Cédula [1787]: 13.
[37] Gaviño de Franchy [2009]:
254-255.
[38] Gaviño de Franchy [2009]:
248, 254.
[39] Tous Meliá [1996b]: 46, 63.
[40] Hernández Gutiérrez [1990]:
II, 648.
[41] Hernández Gutiérrez [1990]:
II, 646.
[42] Darias Príncipe [2010]:
112-113.
[43] Guimerá Peraza [1991]:
375-376.
[44] Pinto y de la Rosa [1996].
[45] Fraga González [1993]: 21.
[46] Fraga González [1993]: 26.
[47] Webb [1835-1850].
[48] Zufiría [1840].
[49] Viera y Clavijo [1858-1863].
[50] Nougués Secall [1858],
dibujada y tallada por Bona y Larrochette.
[51] Giménez Romera [1868].
Reproduce el modelo de Rodríguez de Monforte [1666], seguido por Piferrer [1860]: lám. 6.
[52] Chil y Naranjo [1876-1880].
[53] Paluzie y Cantalozella
[1867]: 104.
[54] Utrera Cabezas [1924].
[55] Reglamento [1906].
[56] López Isla y Vázquez Seara
[1997]: 39.
[57] López Isla y Vázquez Seara
[1997]: 54.
[58] Fernández de Béthencourt
[1952-1967].
[59] Hernández Moran [1999]:
435-444.
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