José María Bosch y López [1871-1951]
Estancia en
Gran Canaria
por
Carlos Gaviño de Franchy
Carlos Gaviño de Franchy
Luis Ojeda Pérez: José María Bosch |
De
la dilatada estancia en las Islas del dibujante y pintor José María Bosch y
López han dado cuenta en diferentes trabajos de investigación José Miguel
Alzola, Gerardo Fuentes Pérez y Beatriz Pérez Navarro, a partir del año 1988,
data de publicación del primero de ellos [1]. Poco o nada se sabía con
anterioridad a dichos estudios de su permanencia en Gran Canaria y posterior ordenación sacerdotal de manos del obispo fray José Cueto y Díez de la Masa,
paternal protector del artista sabadellense. El hallazgo de nuevas obras suyas
pendientes de catalogación, la localización de su expediente de órdenes y,
particularmente, la colaboración inestimable y desinteresada de su sobrino
nieto, el excelente ilustrador gráfico Salvador Fabà i Fabà, han contribuido a
que me decidiera a compendiar en este texto cuanto de nuevo sabemos ahora sobre
la biografía del artista.
Nacimiento y formación
Nació
José María Bosch y López en el número 51 de la Vía Massagué de Sabadell,
Barcelona, el 19 de marzo de 1871, hijo de Pablo Bosch y Majó, del comercio,
oriundo de San Cugat del Vallés, y de su mujer, María Buenaventura López y
Cabrera, que lo era de la isla de Puerto Rico [2] y recibió el bautismo en la
iglesia parroquial de la Purísima Concepción cuatro días más tarde.
Primogénito
de nueve hermanos llamados Trinidad [3], Antonia, Monserrat, Pablo, María
Mercedes, Ángel, Pilar y Francisca, hizo sus primeros estudios en el Colegio de
las Escuelas Pías, en los que destacó por su excepcional habilidad para el
dibujo, técnica artística por la que sentía verdadera afección, según su
biógrafo Jaume Mercadé y Vergés [4]. Muy joven ingresó en la Academia Católica
donde le sirvió de estímulo en su vocación plástica el consejo favorable del
doctor don Félix Sardá i Salvany [1841-1916], sacerdote ilustre, que habiendo
comprobado su aptitud natural para dicha disciplina convenció a sus padres con
el fin de que no truncaran aquella arraigada inclinación y le permitieran
seguir estudios superiores de Bellas Artes [5]. El resultado de estas gestiones
fue que el joven Bosch, acabada de cumplir la quincena, fue enviado a Roma a
proseguir su formación, ciudad en la que permaneció por espacio de cuatro años,
desde el mes de septiembre de 1884 hasta el de junio de 1888. Nada sabemos de
lo sucedido durante esta larga estancia que resulta tanto más misteriosa si
tenemos en cuenta que al ser interrogado en el transcurso de la incoación de su
expediente de vita et moribus, previo a la ordenación sacerdotal, no supo dar
el nombre de un preceptor, más allá de un tal signore Pennacchiolli, en cuya
casa de la Piazza de Cola di Rienzo al parecer habitaba [6].
De
vuelta a Cataluña y tras resolver con brillantez la prueba de admisión,
consiguió el anhelado ingreso en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, en la
que según el pintor Joan Maurí y Espadaler entró por la puerta grande del
aprobado difícil [7].
La
Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, era conocida con el nombre de Escola
de Llotja o de la Lonja, por el edificio que ocupó hasta 1967: el Palacio de la
Lonja de Mar. La Academia Provincial de Bellas Artes, que había sido creada por
Real Decreto de Isabel II el 31 de octubre de 1849, quedó constituida a partir
del año siguiente en Academia de Bellas Artes de Barcelona y dirigió desde esa
fecha los destinos de la Escuela compartiendo sede en el segundo piso de la
Lonja.
Los Maestros
Cuando
ingresó Bosch en la Escuela en 1888 era su director el pintor Antoni Caba i
Casamitjana [Barcelona, 1838-1907], nombrado para tal cargo el año anterior,
coronándose así —dice Ràfols— la faceta pedagógica de su actividad [8].
Antoni Caba: Autorretrato |
Caba
obtuvo ese mismo año una medalla de oro en la Exposición Universal de
Barcelona, y porque el prestigio de su cargo y la medalla debieron de aumentar
su clientela de burgueses timoratos, —continúa Ràfols— sólo atentos al
«parecido», su arte se dedicó a complacer a los retratados; fue su época
«fotográfica» [9]. Pero la trayectoria de este pintor había sido significativa
para la pintura catalana. Estudió en la misma Escuela que más tarde dirigiera con
maestros de la trayectoria de Gabriel Planella Conxello [1780-1850], Pablo Milá
Fontanals [1810-1883] y Claudio Lorenzale Sugrañes [1814-1889]. Pensionado por
la Diputación Provincial en 1863 se trasladó a Madrid, donde fue discípulo de
Federico de Madrazo y Kuntz [1815-1894] y continuó sus estudios en la Real
Academia de San Fernando. Más tarde los
prosiguió en París de la mano del profesor Carlos Ruiz Delaroche y logró
ingresar en la Escuela Imperial de Bellas Artes, en la que compartió aulas con
Renoir, Monet y Sisley y fue alumno de Marc Gleyre [1806-1874]. Comenzó
entonces su etapa flamenquizante que abandonó luego para, en palabras de
Ràfols— adaptarse a una pintura sujetada a un dibujo exacto, equilibrado, y a
unas preconcebidas armonías simplicísimas de volúmenes y color que dio paso a
su periodo neogriego, el cual practicó de 1871 a 1874. A partir de esta fecha y
tras valiosas incursiones en la pintura mural decorativa y la ilustración
gráfica, su técnica pasó a ser conocida como estilo sedoso, que resulta deudora
de la maestría de Vicente López Portaña [1772-1850] y que también le sirvió
para recibir multitud de encargos de retratos oficiales. Más tarde, a partir de
1881 orientó su obra hacia el anecdotismo y, entre 1882 y 1886, cultivó la explotación
de los efectos de luz de taller con el fin de dar brillantez a su pintura, la
cual, […] posteriormente entró en la órbita de una pintura tan característica
de la época como la de Meissonier.
Con
este maestro y con Pere Borrell del Caso [Puigcerdá, 1835-Barcelona, 1910], del
que recibió clases en su academia particular sita, por aquellas fechas, en el
número 10 de la calle Paradís de la ciudad condal, acabó de formarse Bosch.
Durante este episodio de su vida —de 1888 a 1894— que transcurrió en la ciudad
de Barcelona, habitó primero en el barrio de Gracia y fue parroquiano de Santa
María de Jesús tres años y los otros tres lo fue de la de San Antonio Abad y
Nuestra Señora de los Ángeles.
Pere
Borrell del Caso había fundado su academia privada en 1868 porque no comulgaba
con el método pedagógico y la estética de la Escuela de Bellas Artes y propuso,
en contra del romanticismo y la copia de láminas, el realismo y la observación
y reproducción de objetos reales, compartiendo con Ramón Martí i Alsina [1826-1894]
la introducción del método pedagógico naturalista en la enseñanza artística
catalana.
Borrell
tuvo entre sus mentores a los ya citados Claudio Lorenzale y Pablo Milá
Fontanals y a Luis Rigalt Farriols [1814-1894], de los cuales dos de ellos lo
habían sido también de Antoni Caba. Su labor en la academia fue tan importante
como su propia actividad creadora —dice Francesc Fontbona—. Pese a que por
aquel centro pasaron futuros escultores, arquitectos, dibujantes y grabadores,
la actividad principal que allí se desarrollaba era la enseñanza de la pintura
[10].
En
la obra de José María Bosch destacan por su número y calidad los retratos y, en
segundo lugar, las representaciones de asunto religioso, frecuentemente copias
de maestros renacentistas o del barroco andaluz, y algunos —muy pocos— paisajes
y bodegones. Borrell, católico militante, pese a que no se adecuaban a sus
gustos ni a sus premisas estéticas, también dejó multitud de pinturas de
temática religiosa, según Fontbona.
En
uno y otro centro —La Llotja y la academia de Borrell— compartió aulas con
destacados artistas de la talla de Joseph Triadó y Mayol [1870-1929], pintor y
exlibrista; Ricard Canal i Llambrí [1876-1931]; Isidre Nonell i Monturiol
[1873-1911] y el gran Joaquim Mir y Trinxet [1873-1940] quien declaró en
multitud de ocasiones, en la plenitud de su fama, que admiraba sobremanera la
maestría en el dibujo de Bosch. Fueron también condiscípulos suyos los pintores
sabadellenses Domenec Soler i Gili [1871-1952], Antoni Pous i Palau y Antoni Estruch
i Bros [1872-1957], entre otros [11].
En
1894, cuando contaba veintitrés años de edad, finalizados sus estudios
artísticos, a causa de su otra vocación irrenunciable, la eclesiástica, tomó la
decisión de ingresar en el noviciado de los padres jesuitas de Nuestra Señora
de Veruela, en Tarragona, diócesis de Tarazona, donde sin embargo no llegó a
profesar, abandonándolo a comienzos de 1896.
Viaje a Canarias y ordenación sacerdotal
Aportó
Bosch a Las Palmas de Gran Canaria en 1896, de acuerdo con lo testificado por
don Pedro Jiménez y Quintana, canónigo doctoral; don Casimiro Quijano y Díez de
la Maza y don Santiago Tejera Ossavarry, en el expediente abierto con motivo de
su recepción de la primera tonsura y cuatro órdenes menores el 23 de septiembre
de 1899, quienes afirmaron que conocen personalmente a don José María Bosch y
López a quien tratan en buena amistad desde hace unos tres años, que ha llegó a
esta ciudad procedente de Barcelona [12]. Al parecer, venía encomendado al
obispo de Canarias, fray José Cueto Díez de la Maza, de la orden de
predicadores, por sor Monserrat Bosch, hermana suya, monja y profesora de
Dibujo en el Instituto de Religiosas Dominicas de la Anunciata de Vich —en el
que falleció en plena juventud— ante la posibilidad de que fuera deportado a
Francia por haberse visto envuelto en una cuestión política de matiz
catalanista cuyo contenido no hemos logrado desentrañar aún [13]. El obispo,
que hacía gala de una bondad sin límites, lo recibió entre sus familiares y le
llevó a vivir en el Palacio Episcopal hasta que pasó, en calidad de interno, al
seminario.
Luis Ojeda Pérez: José María Bosch López |
Después
de haber sufrido un examen riguroso de Latín, se matriculó en el Seminario de
la Purísima Concepción de Las Palmas al primer año de Filosofía en el curso
académico de mil ochocientos noventa y siete a noventa y ocho y en los exámenes
ordinarios de fin de curso obtuvo la calificación de benemeritus en Lógica y
Ontología. En los dos años siguientes cursó y probó como alumno de carrera
breve dos años de Sagrada Teología, obteniendo meretissimus en Lugares
Teológicos y la misma calificación en
Historia Eclesiástica, primero y segundo año de Teología Pastoral y Ascética,
Compendio de Teología Dogmática, primer año de Teología Moral y Sagrada
Liturgia [14].
El
citado documento se inicia con una instancia de José María Bosch y López alumno
del Seminario de esta Diócesis y familiar de V. E. I., fechada el 4 de
septiembre y dirigida al obispo, quien en la misma fecha la da por presentada y
ordena al venerable señor cura del interesado [que lo era el de la parroquia de
San Agustín] que lo proclame y forme expediente de estilo. El día 9 inmediato
se le ordenó presentarse al Sínodo que tendrá lugar el día 11 en el Palacio
Episcopal de Las Palmas y, en vista de la aprobación que mereció en él se le
indicó que pasase al Seminario a practicar Ejercicios Espirituales.
El
22 de septiembre se decretó, a la vista de los atestados de libertad y soltería
procedentes del obispado de Barcelona, el consentimiento ratione originis, el
expediente instruido por el venerable señor cura de San Agustín, y el resultado
de los Santos Ejercicios, que se presentara a las seis de la mañana del día 23
de septiembre de 1899 en la iglesia parroquial de Teror a recibir los sagrados
órdenes que solicitaba, lo que efectuó confiriéndole el señor obispo la primera
clerical tonsura y los cuatro órdenes menores [15]. Posteriormente recibió el subdiaconado el 20
de enero de 1901 [16], el diaconado el 23 de marzo inmediato, ambos en la en la
Capilla Pública del Palacio Episcopal de Las Palmas por parte del obispo fray
José Cueto. En las témporas de la Santísima Trinidad, el día primero de junio
de dicho año recibió el Sagrado Presbiterado.
Ya
presbítero, don José María Bosch y López celebró por primera vez el santo
sacrificio de la Misa el día 6 de junio de 1901, a las seis y media de la
mañana, en la Capilla de las religiosas Dominicas de la Enseñanza. Fueron sus
padrinos, de altar, el canónigo secretario de Cámara don José María Leza y
Gainza [17] y, de mano, el general don Juan Madan y Uriondo [18].
Su obra en las islas
Anónimo: José María Bosch López |
A
esta pequeña lista de piezas habría que añadir el Cuadro de Ánimas de la
iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de Agaete, también de
1899, y unas pequeñas pinturas, copias de otras de maestros barrocos, recientemente adquiridas en la Península por
la diócesis de Canarias.
A
poco de su llegada a Gran Canaria ya le fue reconocida su capacidad artística,
algo que queda manifiesto en el texto de un acta capitular del Cabildo, que
lleva fecha del 27 de abril de 1897, cuyo texto dice:
El
Señor arcipreste López manifestó que el señor donante del retrato al óleo del
Ilustrísimo Señor Verdugo, obispo que fue de esta Diócesis, le había dicho que
tenía pensado restaurar el dicho cuadro antes de entregárselo al Cabildo, pero
que no lo había hecho por considerar que la corporación tendrá más medios para
poder hacerlo y propuso se le dé a un familiar de nuestro Ilustrísimo Prelado,
llamado don José María Bosch, persona inteligente, para que lo restaure. El
señor deán, en vista de esto, propuso en la misma conferencia que se restaure
también, por el señor Bosch, los cuadros de la Purísima y San Sebastián, que se
hallan en mal estado y se acordó de conformidad con lo propuesto [20].
Es
nuestro propósito centrarnos en el estudio de los retratos realizados por Bosch
durante su estancia en Gran Canaria, ejecutados tanto al óleo como al grafito,
algunos de los cuales han permanecido inéditos hasta ahora.
Retratos al óleo
Pío IX
Este retrato es el que Alzola identifica erróneamente con el San Pío X. Se encuentra en el Palacio Episcopal de Las Palmas de Gran Canaria. Firmado en el ángulo inferior derecho de la tela, sin fecha.
El profesor Fuentes Pérez, a quien se debe la ficha publicada en el catálogo de la exposición La Huella y La Senda, opina que debe tratarse de una obra de juventud pues el tratamiento de la pincelada no parece revelar el periodo de madurez. Si lo comparamos con los lienzos que dejó en el Colegio de San José [Madres Dominicas] de Las Palmas de Gran Canaria, o el Cuadro de Ánimas de la parroquial de Agaete [Gran Canaria], adolece de fuerza expresiva y plasticidad. Es un estudio bien dibujado y planteado pero con una policromía lisa, escasamente pastosa, un tanto relamida, sin fluidez técnica [21].
El profesor Fuentes Pérez, a quien se debe la ficha publicada en el catálogo de la exposición La Huella y La Senda, opina que debe tratarse de una obra de juventud pues el tratamiento de la pincelada no parece revelar el periodo de madurez. Si lo comparamos con los lienzos que dejó en el Colegio de San José [Madres Dominicas] de Las Palmas de Gran Canaria, o el Cuadro de Ánimas de la parroquial de Agaete [Gran Canaria], adolece de fuerza expresiva y plasticidad. Es un estudio bien dibujado y planteado pero con una policromía lisa, escasamente pastosa, un tanto relamida, sin fluidez técnica [21].
Parece una copia poco afortunada de una de las muchas litografías de la época que representan al pontífice.
José María Bosch: Pío IX |
Fray José Cueto Díez de la Maza
Se conserva este lienzo en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas de Gran Canaria.
Fechado en el ángulo inferior izquierdo el 19 de marzo de 1900, lleva una dedicatoria que reza: Al Excmo. Sr. D. Fray José Cueto y Díez de la Maza, preclaro hijo de Santo Domingo de Guzmán, su reconocido familiar, José María Bosch.
El retrato, de cuerpo entero, fue objeto de estudio por parte de Beatriz Pérez Navarro, autora de la ficha con que figura en el catálogo de la exposición La Huella y la Senda, celebrada en 2004, quien aclara que la obra fue un encargo del Cabildo Catedral [22].
La primera referencia bibliográfica que conocemos, relativa a esta pintura, la dio Julián Merino en su biografía del obispo Cueto, en la que afirma que Bosch supo captar, aunque su técnica no fuera perfecta, toda la espiritualidad que irradiaba el P. Cueto, además de su apariencia física, bastante fidedigna. Merino cita, en el capítulo de su libro en el que estudia la pintura, un artículo de prensa publicado por Ángel Guerra con motivo de la exhibición pública del mismo en el escaparate de un comercio de la ciudad de Las Palmas, antes de ser entregado al Cabildo, en el que el periodista alababa a su autor manifestando que es el propio P. Cueto, nuestro digno Prelado, que habla, que gesticula, que vive en el lienzo con poderoso vigor artístico [23].
José María Bosch: Fray José Cueto y Díez de la Maza, obispo de Canarias
|
Fray José Cueto
Díez de la Maza.
Retrato de busto. Óleo sobre tela. Firmado en el ángulo inferior derecho, sin fecha. Colegio de San José. Congregación de Religiosas Dominicanas. Las Palmas de Gran Canaria.
Muestra al obispo Cueto de medio cuerpo, vistiendo hábito coral episcopal de color azul, por privilegio especial concedido a los obispos hispanos en honor de la Inmaculada Concepción.
Muestra al obispo Cueto de medio cuerpo, vistiendo hábito coral episcopal de color azul, por privilegio especial concedido a los obispos hispanos en honor de la Inmaculada Concepción.
Cristóbal Manrique de Lara Cabrera, coronel de Fuerteventura
Retrato de tres cuartos, en el que se aprecia la firma del autor, pero carece de fecha. Identificado en una colección particular de Las Palmas de Gran Canaria por Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río, lo describió en los siguientes términos:
Eusebio Juliá: Cristóbal
Manrique de Lara
|
El sacerdote José María Bosch retrató al último coronel a partir de una fotografía que se conserva, en la que aparece de paisano. En el lienzo está vestido de uniforme de gala, sentado sobre un sillón, el brazo izquierdo sostiene unos guantes blancos y descansa sobre un sombrero apuntado negro, del que se percibe la presilla dorada y que está plegado sobre una mesa. Según Sergio Suárez Benítez el atuendo militar es el usado alrededor de 1860, si se tiene en cuenta el diseño de las solapas y las portezuelas de tres botones. El vestuario está compuesto por una levita azul turquí, con solapas y el cuello de color grancé, y el pantalón es azul, incorporado en esos años al uniforme de los cazadores. En la solapa, lleva sardinetas bordadas con galón de oro, que se corresponden con el color de la abotonadura y las dragonas de latón de los hombros. Las vueltas de las mangas son azules, sobre las que se puede apreciar los galones de coronel. Sobre éstos, están bordadas en oro las sardinetas, distintivo de la clase de tropas que mandaba. El pecho está cruzado por la banda de la orden de Isabel La Católica, cuya gran cruz cuelga de la cinta de su cuello. También lleva, pendientes de un pasador, las cruces de Carlos III, San Hermenegildo e Isabel La Católica. La composición se completa, en la parte superior derecha, con un escudo cuartelado con las armas de Manrique, Cabrera, Castillo y Béthencourt [24].
Nació don Cristóbal Manrique de Lara y Cabrera en La Oliva, Fuerteventura, el 20 de septiembre de 1800 y falleció en el mismo pueblo el 5 de septiembre de 1870.
José María Bosch: Cristóbal Manrique de Lara
|
Diego de Ponte
del Castillo, marqués de la Quinta Roja
Propiedad
del Consejo Consultivo de Canarias. Firmado en el ángulo inferior derecho: J.
M. Bosch. 1900.
Retrato
de medio cuerpo del octavo marqués de la Quinta Roja, realizado a partir de una
ampliación fotográfica existente en colección particular de Las Palmas de Gran
Canaria.
Anónimo: Diego Ponte del Castillo |
El
marqués viste una levita negra cruzada de seis botones y camisa con cuello
ópera, corbata de lazo y botón con un diamante engarzado en oro, alhaja que no
figura en el retrato fotográfico. El fondo ha sido resuelto utilizando para
este fin una cortina de color burdeos.
Sobre la biografía de Diego de Ponte, y las particulares circunstancias de su fallecimiento, entierro y posterior construcción por parte de su madre de un mausoleo en los jardines de su casa de La Orotava, que le han hecho célebre en la literatura y la pequeña historia locales, véanse las aportaciones de la escritora cubana Dulce María Loynaz, el profesor A. Sebastián Hernández Gutiérrez, y el investigador José Hernández Morán [25].
Los retratos de Cristóbal Manrique y Diego de Ponte, que hacen pendant, se encuentran enmarcados con idénticas molduras profusamente talladas figurando motivos vegetales y cubiertas de pan de oro, diferenciándose entre ellas únicamente por la corona que se distingue en la parte superior del retrato del marqués. Aunque el que muestra al coronel Manrique no está fechado, es de suponer que los dos fueran realizados casi simultáneamente, como trasuntos pictóricos de sendos retratos fotográficos, por encargo de la hija y esposa de los representados, Nieves Manrique de Lara y Castillo, octava marquesa de dicho título tras su matrimonio, celebrado en la parroquia de San Francisco de Las Palmas el 17 de abril de 1867, con su primo hermano Diego de Ponte y Castillo, nacido en La Orotava el 15 de abril de 1840 y fallecido en su finca de La Quinta, en Garachico, el 5 de abril de 1880.
José María Bosch: Diego Ponte del Castillo
|
Pero
estas telas encierran un inquietante enigma. La producción retratística conocida
de Bosch en Canarias, en cuanto a pintura al óleo se refiere, se limita a un
corto número de piezas, entre las que destacan los retratos de los que venimos
hablando, muy superiores técnicamente a los de Pío IX y el obispo Cueto, que no
llegan en ningún momento a la soltura de pincel, capacidad expresiva y realismo
plástico de estos últimos.
En
1973 Francesc Fontbona publicó el inventario de las obras realizadas y cobradas
por el pintor Pere Borrel del Caso entre 1873, año en que contrajo matrimonio,
y 1900, en el que sufrió una apoplejía que le impidió seguir trabajando.
Nuestra sorpresa no fue poca al comprobar que en febrero de 1898 el pintor
percibió 30 duros por una Cabeza del Sr Obispo de Canarias Bosch; al año
siguiente Retrato de un General por Bosch, 50 duros; en 1900, 50 más por otro
Retrato Obispo Canarias por Bosch y, finalmente, Retrato de un Marqués Canarias
Bosch 40 duros [26]. ¿Qué significan estas anotaciones del cuaderno de encargos
de Borrell? ¿Porqué aparece el apellido de Bosch al lado de estos trabajos,
facturados por el artista? ¿Colaboraron ambos pintores en la realización de los
mismos? Sólo estamos en disposición de afirmar que se trata de dos telas muy
superiores en calidad al resto de la producción pictórica de Bosch de la que tenemos
noticia.
Dibujos
Cuatro
son los retratos que hasta ahora conforman el catálogo de obras realizadas al
grafito por el padre Bosch durante su estancia en Gran Canaria. De ellos dos
están datados en los años 1898 y 1900.
El Padre Claret
Obra
sobre papel, al grafito muestra en el ángulo inferior izquierdo la siguiente
dedicatoria: Al R. P. Superior y Misiones del S. C. de María. Humilde prueba de
respeto y cariño, su afmo. S. s. José Mará Bosch. 28.8.1898.
De
trazo duro y delimitado, representa al padre Claret en actitud de bendecir, con
hábito de obispo, luce una cruz pectoral. Sobre la mesa un libro en cuya
cubierta puede leerse: Constitutiones Missionariis Congregationis Filiorum
I[nmmaculati]. C[ordis]. B[eatae]. V[irginis]. Mariae.
El obispo Cueto
Al
grafito con toques de clarión. Lleva una dedicatoria den la que puede leerse: A
la reverenda madre abadesa y comunidad de monjas bernardas de Teror humilde
obsequio de s. s. s. José María Bosch. 1900.
Técnicamente
más logrado que los del padre Claret y el canónigo González Suárez, representa
a fray José Cueto apoyado en el respaldo de una silla y llevando en la mano
izquierda un bonete de tres picos. Luce las insignias de la gran cruz de la
orden de Isabel la Católica y una cruz pectoral.
Como
el resto de su producción debió realizarlo a partir de una fotografía.
Convendría recordar que José María Bosch recibió la primera tonsura en la
iglesia parroquial de Teror, el 23 de septiembre de 1899, y quizás se sintiera
en deuda con las monjas bernardas establecidas en dicha villa.
El canónigo Alejandro González Suárez
El
dibujo, sin fecha, se custodia en la iglesia parroquial de Agüimes.
Luis Ojeda Pérez: Alejandro González Suárez |
Se
trata de un trasunto al grafito de una fotografía hecha por Luis Ojeda Pérez,
cuyo negativo original se conserva en El Museo Canario. Bosch simplificó la
imagen sacrificando la imagen de la Purísima que se encuentra sobre el
pedestal, el sillón de brazos y los motivos vegetales del telón de fondo que
aparecen en el original. Si ya en la placa el fotógrafo había añadido, raspando
la emulsión, una cruz del Santo Sepulcro, Bosch también la incluye, en este
caso, embutida en uno de los baquetones del friso.
Debe
tratarse de una obra realizada al tiempo que el retrato del padre Claret, pues
carece de la soltura que percibimos en el retrato del obispo Cueto.
José María Bosch: Alejandro González Suárez |
El abogado Juan de Quintana y Llarena
Dibujo
al grafito perteneciente a una colección particular de Las Palmas de Gran
Canaria. Carece de fecha.
Don
Juan de Quintana vino al mundo en Las Palmas de Gran Canaria el día 10 y fue
bautizado el 12 de noviembre de 1813. Hijo de don José María de Quintana y
Llarena y de doña María de los Dolores Llarena y Westerling, permaneció
soltero, habitando en compañía de su hermana doña Rosa de Quintana y su cuñado
don Manuel Van de Walle en la calle Puertas de la expresada ciudad. Se licenció
en Leyes y ejerció como abogado de los Tribunales del Reino, habiéndose
incorporado al Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas el 6 de noviembre de
1851. Fue magistrado suplente de la Audiencia de las islas, de 1872 a 1877 y
vicedirector de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas
entre los años 1869 y 1878.
Falleció
en Las Palmas el 18 de diciembre de 1895, bajo testamento otorgado ante el
escribano Vicente Martínez, el 26 de abril de dicho año [28].
Es
el único caso que conocemos, por ahora, de retrato de varón laico, entre los
ejecutados al grafito en las Islas, en la línea de otros muchos que proseguirá
elaborando tras su vuelta a Cataluña, y en los que demuestra al mismo tiempo
una fidelidad absoluta al modelo fotográfico y una capacidad expresiva que
trasciende la reproducción mecánica de las fisionomías captadas por la cámara.
El retorno a Cataluña
La
última actividad suya de carácter artístico de que tenemos noticia, antes de
partir, lo sitúa como miembro del jurado de la Exposición de Pintura y Dibujo
celebrada con motivo de las fiestas del Rosario en octubre del año 1900, en
compañía de los pintores Pedro Tarquis y Amaranto Martínez de Escobar [29].
En
fecha imprecisa, que varios autores quieren suponer cercana al óbito del padre
Cueto, marchó Bosch a Cataluña y se reintegró a la vida familiar en su ciudad natal,
obteniendo un beneficio en la parroquia arciprestal de San Félix y, más tarde,
el nombramiento de vocal eclesiástico de la Junta Administrativa del Santuario
de Nuestra Señora de la Salud, en el que, siguiendo a Mercadé, efectuó una
notable labor en el embellecimiento y exornación del templo [30].
Una
tercera vía se manifestaba inherente a su doble inclinación por el sacerdocio y
las Bellas Artes: la enseñanza de los conocimientos adquiridos a las nuevas
generaciones. Y para dar rienda suelta a
esta exigencia de su carácter generoso, comenzó su labor docente en el Colegio
de los Hermanos Maristas de Sabadell, donde impartió durante mucho tiempo una
clase diaria de Dibujo y, más adelante, en su propio domicilio situado en el
número 10 de la calle Capmany , recibió y atendió particularmente a multitud de
alumnos interesados en ampliar su formación por medio del estudio de esta
disciplina.
Uno
de sus alumnos, el pintor Jaume Mercadé, recuerda las virtudes que adornaban la
personalidad de mossèn Bosch y los preceptos que intentó inculcarles, con estas
palabras:
Si
en alguna faceta podría destacar su arte personalísimo, sin duda la más
importante es la de la perfección del dibujo y la insuperable valoración de los
claroscuros aspecto que se esforzaba en inculcar al máximo a sus alumnos. El
otro aspecto a recalcar de su personalidad educadora era, primordialmente, la
bonhomía y su carácter afable, paciente, benévolo y cordial hacia sus alumnos,
a los cuales corregía los trabajos con simplicidad y sencillez, pero con tal
habilidad y pericia, que con unos pocos retoques dejaba boquiabiertos a sus
educandos. Y también con una virtud artística excepcional, cuando revalorizaba
con su mágico difumino los dibujos excesivamente duros de línea, eliminando
durezas y aportándoles un sentimiento y una expresión dulce, que surgía ahora
de su arte vibrante y personal, transfiriéndoles unos claroscuros maravillosos
que superaban, incluso, valga decirlo, las láminas de los artistas del
Renacimiento que sus alumnos se esforzaban en copiar.
Su
máxima preocupación era siempre la de infundir un acabado expresivo a los
trabajos, siguiendo la tradición académica del ochocentismo , e insistir en el
sfumato clásico renacentista que, a pesar de que posteriormente fue desplazado
por el impresionismo y otras corrientes que surgieron, no por eso se había de
desestimar, ya que constituía la base que todo artista había de dominar, antes
de adentrarse a practicar en otros caminos más modernos [31].
Alumnos
suyos en Sabadell fueron, entre otros, los pintores Joan Maurí i Espadaler
[1913-1980], Ricard Marlet i Saret [1896-1976], Antoni Climent i Cascante [1910-1968], Josep Xibel.li i Moles
[1906-1984], Raimón Roca i Ricart [1917-2013], Joan Vila i Casas [1920-2007],
Pere Camps i Ubach y su sobrino, el ya citado Salvador Fabà y Fabà.
El
poco tiempo que pudo restar a sus obligaciones sacerdotales y a la enseñanza lo
dedicó a la realización de su propia obra, compuesta por centenares de dibujos
y algunos óleos, éstos en menor cuantía, principalmente retratos,
reproducciones de obras sacras —entre las que destacan vírgenes de Murillo y
piezas maestras del Renacimiento italiano—, algunos paisajes y bodegones. De
estos últimos conserva el Museo de Arte de Sabadell dos óleos sobre tela que
llevan por título El Puerto y Uvas, respectivamente, además de diecisiete
retratos al grafito sobre papel y cuatro estudios de cabezas de apóstoles
ejecutados con la misma técnica [32].
Fiel
a las enseñanzas recibidas en la Academia por parte del maestro Caba y, en menor
medida, de su otro mentor, Borrell, su tarea como retratista fue apreciada y
reconocida por sus contemporáneos, que atesoraron sus producciones al lápiz, al
carbón o al óleo. Quienes se han ocupado de la obra de la obra de mossèn Bosch
citan como destacables los retratos del doctor Esteve Relat i Corominas
[1892-1972], alcalde de Sabadell y el del patricio Antoni de P. Capmani i Bori
[1858-1912], fundador del Centro Catalán y Orfeón de Sabadell, por su intensa
expresividad.
Obras
de gran formato destinadas a iglesias y capillas y otras de pequeñas
dimensiones pensadas para estimular la devoción en los hogares se prodigan en
la ciudad de su nacimiento y se encuentran pendientes de catalogar.
En
1947 un grupo de alumnos capitaneados por el pintor Joan Vila Casas organizaron
un homenaje al maestro que se materializó en la realización de un álbum que
contenía dibujos, fragmentos literarios y firmas de sus amigos y admiradores,
dando comienzo al mismo el obispo de la diócesis, monseñor Gregori Modrego y Casaus
y el alcalde de Sabadell, Josep Maria Marcet i Coll [33]. Mossèn Bosch
agradeció en una emocionada carta abierta publicada en el diario Sabadell
aquella iniciativa de sus discípulos. En el mismo periódico, otro de sus
alumnos, Joan Maurí y Espadaler se lamentaba de que jamás hubiera sido expuesta
una selección de la obra del artista [34], cosa que sucedió cincuenta años más
tarde cuando, por iniciativa de la Fundación Privada Joaquim Busquets, se
organizó una Exposición Antológica suya y se editó un hermoso tríptico.
Falleció
a la edad de ochenta años el anciano sacerdote, en su casa del número 10 de la
calle Capmany, el día 11 de octubre de 1951. La revista Alba publicó su retrato
y necrológica, en la que, aparte sus méritos artísticos, se hacía especial
mención a su labor pedagógica [35].
NOTAS:
[1] Alzola, José Miguel «Pinturas murales
de carácter religioso realizadas en Gran Canaria durante el siglo xx». Almogarén. Núm. 1. Junio de 1988, pp.
139-146.
Fuentes Pérez, Gerardo: «José María
Bosch, sacerdote y pintor». Coloquios de
Historia Canario-Americana, X, Tomo ii
[1992], 1994, pp. 1247-1259.
Fuentes Pérez, Gerardo: «Pío ix». La Huella y la Senda. Viceconsejería de Cultura y Deportes.
Gobierno de Canarias-Diócesis de Canarias. Madrid, 2004, pp. 692-693.
Pérez Navarro, Beatriz: «Retrato de fray
José Cueto y Díez de la Maza, obispo de Canarias [1839-1908]». La Huella y la Senda. Viceconsejería de
Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias-Diócesis de Canarias. Madrid, 2004,
pp. 693-695.
[2]
El
infrascrito Vicario de la parroquial iglesia de la Purísima Concepción de
Sabadell, Obispado y provincia de Barcelona.
Certifico:
Que en uno de los libros de Bautismos custodiado en este archivo parroquial se
encuentra una partida del tenor siguiente: «A los veinte y tres de Marzo de mil
ochocientos setenta y uno. En la parroquial iglesia de la Purísima Concepción
de la villa de Sabadell, obispado y provincia de Barcelona, don Juan Clerch
presbítero beneficiado de la parroquial iglesia de San Félix de esta villa, con
expreso permiso de mí infrascrito Cura ecónomo, bautizó solemnemente a un niño,
hijo de los consortes Pablo Bosch, del Comercio, y María Buenaventura López,
naturales, esta de Barcelona y aquel de Gracia; Nació en esta cuatro días
antes. Se le pusieron por nombres José María, Pablo, Juan. Son sus abuelos
paternos Antonio Boch y Francisca Majó, naturales de San Cucufate del Vallés; y
los maternos Diego López y Mauricia Cabrera, naturales de Puerto-rico. Fueron
padrinos Miguel Bosch, soltero, del Comercio, y María Bosch, soltera, naturales
de San Cucufate del Vallés. Y por ser así lo firma conmigo dicho Señor.=José
Torres, presbítero ecónomo:=Juan Clerch, presbítero».
Todo
concuerda con su original. Y para que conste lo firmo en Sabadell a los veinte
de Diciembre de mil ochocientos noventa y cuatro. Joaquín Estrada, presbítero
vicario.
Cinco años más tarde, el 5 de noviembre
de 1876, fue confirmado en la parroquia de San Félix de Sabadell por el obispo
de Barcelona, don Joaquín Lluch y Garriga, que lo había sido con anterioridad
de Canarias.
Partidas de bautismo y confirmación de
José María Bosch y López. Expediente de Órdenes. Núm. 9897. Archivo Histórico
Diocesano de Canarias. En lo sucesivo Ahdc. Agradezco a don José Lavandera López,
director del archivo, y a su encargada, María José Otero Lojo, cuantas
facilidades me fueron dadas a la hora de consultar este documento.
[3] Trinidad Bosch y López contrajo
matrimonio con Salvador Fabà i Subirats y fueron abuelos maternos del ya citado
Salvador Fabà i Fabà.
Nacido en 1936 en Sabadell, al igual que
su tío, Fabà sintió desde la infancia una manifiesta atracción por el dibujo,
pero no tuvo ocasión de dedicarse profesionalmente a él hasta los años sesenta del siglo pasado en
que comenzó a publicar en editoriales de la talla de Marco, Bruguera, Olivé y
Hontoria, y otras. Más tarde colaboró con Selecciones Ilustradas, Bardon,
Estudio Ortega y Norma.
En su juventud realizó cursos de Dibujo y
Pintura en su ciudad natal, pero su vocación se consolidó estudiando de forma
autodidacta la técnica de los grandes ilustradores, en especial la de los norteamericanos,
entre los que habría que destacar a Howard Pyle[1853-1911]; Henry Farny
[1847-1916]; Frank Frazetta [1928-2010] y, de forma particular, a Norman
Rockwell [1894-1978] a quien admiraba profundamente por la calidad pictórica y
compositiva de sus trabajos. Artistas más recientes, como Frank McCarthy
[1924-2002] y Tom Lowell [1909-1997], inspiraron posteriormente su producción
artística.
La obra de Fabà ha sido, sin duda, una de
las que ha marcado de forma más clara los derroteros de la ilustración gráfica
española de la segunda mitad del siglo veinte.
[4] Mercadé i Verges, Jaume: «Mossèn
Josep Maria Bosch. 1871-1951». En Mn.
Josep Maria Bosch. Sabadell 1871.1951. Fundació privada Joaquim Busquets.
S. F.
[5] Simó i Bach, Ricard: «Joseph Maria
Bosch i Lòpez, eclesiastic i pintor». Diario
de Sabadell. 5 de septiembre de 1985, p. 10.
[6] Expediente de Órdenes. Núm. 9897. Ahdc.
En otras declaraciones insertas en el expediente se dice que la estancia
en Roma tuvo lugar entre enero de 1884 y septiembre de 1888.
[7] Maurí Espadaler, J.: «A Mn. José Ma.
Bosch». Sabadell. 6 de marzo de 1947,
p. 1.
[8] Ràfols, J. F. [director]: Diccionario Biográfico de Artistas de
Cataluña desde la época romana hasta nuestros días. Editorial Millá.
Bercelona. Tomo I, 1951, p. 189.
[9] Ràfols, J. F. [director]: op. cit.
[10] Fontbona, Francesc: «Pere Borrel del
Caso (1835-1910) y el inventario de sus pinturas». D’Art, núm. 2, 1973, pp. 29-44.
[11] Simó i Bach, Ricard: op. cit.
[12] Expediente de Órdenes. Núm. 9897. Ahdc.
[13] Información verbal de sor Beatriz
Pérez Navarro.
[14] Expediente de Órdenes. Núm. 9897. Ahdc.
[15] En la instancia exponía que desea, para mejor servir a Dios nuestro Señor, ascender al sagrado orden del
presbiterado al cual se cree llamado. Mas como haya residido los catorce
primeros años en la parroquia de San Félix de Sabadell, los cuatro siguientes
en Roma en la calle Cola di Rienzo, sin poder precisar el número de la casa en
que habitó, y sí sólo que la casa está al principio de dicha calle inmediatamente
detrás del Vaticano; tres en la parroquia de Jesús de Gracia, tres en la de los
Ángeles de Barcelona, dos en el noviciado de P. P. Jesuitas en Veruela,
provincia de Zaragoza y Diócesis de Tarazona y dos años en esta ciudad.
Expediente de Órdenes. Núm. 9897. Ahdc.
[16] Recepción del subdiaconado el 20 de
enero de 1901 en la Capilla pública del Palacio Episcopal de Las Palmas.
En
la misma fecha, sabiendo que el señor minorista don José Bosch y López, se
encuentra haciendo los Santos Ejercicios Espirituales en el Seminario Conciliar
de esta ciudad, para recibir el Sagrado Orden
del subdiaconado, con la venia del muy ilustre señor rector del
establecimiento, pasé a la habitación de dicho señor don José, a fin de cumplir
con lo mandado por el excelentísimo e ilustrísimo señor obispo en su Carta
edicto, e interrogado, bajo juramento en debida forma, dijo: Que los seis meses
últimos ha vivido [sin ausencia notable] en esta ciudad de Las Palmas, siendo
su residencia desde primero de octubre próximo pasado a la fecha, en este
Seminario Conciliar, en calidad de interno, y el tiempo anterior en el Palacio
Episcopal, sin ausencia de ninguna clase. Las Palmas, 17 de enero de 1901.
[17] Don José María Leza y Gainza nació
en Calahorra, Logroño, en 1852. Licenciado en Derecho Canónico y Sagrada
Teología, el obispo Cueto le nombró secretario de cámara y gobierno del
obispado de Canarias. Fue designado canónigo por el papa León xiii y tomó
posesión el 12 de abril de 1901. Nombrado vicario capitular con motivo del fallecimiento
de fray José Cueto, el obispo Serra le promovió al arciprestazgo el 3 de julio
de 1925. Falleció en Las Palmas de Gran Canaria el día 21 de noviembre de 1928.
Véase: Sánchez Rodríguez, Julio: Historia
de la parroquia de San Juan Bautista de Arucas. 1818-2015. Colección In diebus illis. Las Palmas de Gran
Canaria, 2015, p.171.
[18] Don Juan Madan y Uriondo nació en
Santa Cruz de Tenerife el 30 de septiembre de 1833 y fue bautizado en la
parroquia de Nuestra Señora de la Concepción el 2 de octubre inmediato. Fueron
sus padres don Juan Madan y Cambreleng y doña Isabel Uriondo y Duggi. General
de Brigada, casó con su prima hermana doña Francisca Uriondo y Saavedra, con la
que tuvo una única hija, doña María de la Caridad Madan y Uriondo. Su hermano,
don Ramón Madan y Urindo fue creado marqués de Arucas el 29 de abril de 1911
por el rey Alfonso xiii.
Falleció en Las Palmas de Gran Canaria en
la madrugada del día 9 de julio de 1902.
«Servicios del coronel don Juan Madan y
Uriondo». Gaceta de Madrid. 11 de
abril de 1895, p. 138.
[19] Fuentes Pérez, Gerardo: op. cit.
[20]
Acccc. Libro 88 de Actas Capitulares [1894-1900], f. 240. Cabildo ordinario de
27 de abril de 1897.
Hace
referencia a esta faceta de Bosch como restaurador, Fuentes Pérez en su citado
artículo, en el que lo cita como dato que le había proporcionado el doctor don
Santiago Cazorla León, canónigo-archivero de la catedral de Santa.
Agradezco
al doctor José Concepción Pérez que me haya comunicado generosamente la
transcripción del acta.
[21] Fuentes Pérez, Gerardo: «Pío ix». La Huella y la Senda. Viceconsejería de Cultura y Deportes.
Gobierno de Canarias-Diócesis de Canarias. Madrid, 2004, pp. 692-693.
[22] Pérez Navarro, Beatriz: op. cit.
[23] Merino, Julián: Vida del Padre Cueto, OP. Fundador de las Dominicas Misioneras de la
Sagrada Familia. Agesa. Madrid, 1989, pp. 255-256.
[24] Gómez-Pamo y Guerra del Río, Juan:
«Arte y apariencia. La imagen de los coroneles y su familia». En Arte, sociedad y poder. La Casa de los
Coroneles. Gobierno de Canarias. Fuerteventura, 2009, pp. 164-165.
[25] Loinaz, Dulce María: Un verano en Tenerife. Aguilar. Madrid,
1958, pp. 137-148.
Hernández Gutiérrez, A. Sebastián: De la Quinta Roja al Hotel Taoro. Premio
A. Álvarez Rixo. Puerto de la Cruz, 1983.
Hernández Morán, José: «Don Diego de
Ponte y Castillo, viii Marqués de la Quinta Roja». La Prensa-El Día. Santa Cruz de Tenerife, 5 de septiembre de 1993,
pp. 46-47.
[26] Fontbona, Francesc: op. cit.
[27] Rodríguez y Díaz de Quintana,
Miguel: Historia de las familias
Domínguez, Arias, Guedes y González. Texto mecanografiado. 1979. El Museo
Canario. Las Palmas de Gran Canaria.
Soriano y Benítez de Lugo, Alfonso: Corte y Sociedad. Canarios al servicio de
la Corona. Gaviño de Franchy Editores. Santa Cruz de Tenerife, 201, pp.
581-585.
[28] Parroquia de San Agustín. Libro xiv
de Defunciones, f. 157.
La Opinión. Santa Cruz de
Tenerife, 24 de diciembre de 1895.
Fernández de Béthencourt, F. et alt.: Nobiliario y Blasón de Canarias. La Laguna de Tenerife. 1954. Tomo
ii, p. 741.
[29] Diario
de Las Palmas. Las Palmas de Gran Canaria, 23 de octubre de 1900.
[30] Mercadé i Verges, Jaume: op. cit.
[31] Mercadé i Verges, Jaume: op. cit.
[32] Agradezco a Meritxell Casadesús
Insa, del Museo de Arte de Sabadell, su amabilidad al proporcionarme el
inventario de las obras de José Bosch pertenecientes a dicho centro.
[33] Vila Casas, Joan: «Mossèn José María
Bosch, maestro de dibujo». Sabadell.
Sabadell, 13 de febrero de 1947, p. 1.
[34] Maurí i Espadaler, Joan: «A mossèn
José María Bosch. Respetuosamente». Sabadell. Sabadell, 6 de marzo de 1947, p.
1.
[35] Anónimo: «Mossèn Josep Maria Bosch
ès mort». Número 21. Noviembre de 1951.
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