viernes, 27 de abril de 2012

CARTELERÍA Y DISEÑO GRÁFICO



2011 

MALCONTENT

Cartel obra teatral "MALCONTENT" para Grumelot 03 y Teatro en Tránsito.

Programa de mano para la obra teatral "MALCONTENT"


Dossier para la participación a concurso del Festival de Teatro Clásico ALMAGRO OFF


EL VALOR DE LAS MUJERES

 
Cartel para la obra teatral "El Valor de las mujeres" para la compañía Trampolín Teatro


Dossier "El valor de las mujeres"

2012

GRUMELOT 03


Dossier de proyectos de la Compañía teatral Grumelot 03

miércoles, 4 de abril de 2012

Manuel Reyes Brito (II)


MANUEL REYES BRITO (II)
viene de Manuel Reyes Brito (I)

Exposición en el Ateneo de Tenerife

Ilustración: “Margarita” de Rubén Darío. 1917

           A comienzos del mes de mayo de 1916 le visitó en su casa de Las Palmas, en vísperas de su traslado a Tenerife, el escritor José Rial Vázquez [1888-1973]. En el texto, por demás hermosísimo, encontramos las primera referencias a la temible dolencia que condicionaría permanentemente su devenir existencial: la tuberculosis pulmonar. Rial, que le conocía desde hacía tiempo, lo encontró recuperado, exultante, animoso:



            El caricaturista Reyes

            Reyes nos recibe en su casa, entre el ajetreo de una mudanza a Tenerife, en mangas de camisa, casero, cordial. Ha perdido, a lo que veo, mucho de su antigua timidez. Sigue siendo el mismo buen muchacho, tal vez un poco huraño, que conocimos hace tiempo, pero en sus ojos hay energía, fe. Quizás en ese cambio haya influido un poco el curso de su enfermedad, ya casi vencida. El hecho es que hallamos en sus ademanes más decisión, en su  lenguaje más soltura, y en sus ojos, sobre todo, en donde se resumen toda la constancia, toda la fortaleza y todas las ilusiones del artista, un brillo nuevo, una luz nueva.

            Pasando de uno en otro asunto, levantándose y sentándose con una movilidad que nos asombra en el que conocíamos apocado, apático y casi indolente, nos enseña cuadernos, recortes, caricaturas, pasteles, dibujos…

            Y entre estos dibujos, que prepara para una exposición que trata de celebrar en Tenerife, hay dos, especialmente, muy bellos, y uno, sobre todo, que es un acierto rotundo, definitivo.

            Percepción y una cabeza de mujer, son los primeros, Pesadilla el último.

            En Pesadilla todo está combinado para desarrollar el asunto: cielo, paisaje y personajes. Hay en el dibujo no sólo seguridad en el manejo del lápiz y del color; hay también ideas.

            Es la tarde; una tarde que tiene rojeces de sangre y morados de pena en el cielo. En un jardín, entre los árboles sombríos, de un verde oscuro,  que se pierden en ese cielo cárdeno y rojizo, un amor llora no se qué pena irremediable, y en primer término –un primer término que ocupa casi todo el dibujo- una mujer consumida por el dolor, -por el amor tal vez-, una mujer que tiene en la mano una manzana simbólica –fruta de pecado, -expira entre los brazos de la muerte, que recoge, mordiendo, entre sus dientes descarnados, los labios exangües, sus últimos besos…

            Yo no puedo pintar la expresión del semblante de la bella –porque es bella aún así al recibir el beso fatal-; yo no puedo tampoco explicar con qué brillo siniestro se destacan las costillas de la muerta sobre las negras alas, y la lívida calavera alargada sobre el verde de la fronda.

            Reyes me ha ofrecido ese dibujo si no se vende en la exposición… Con pena lo he visto por ultima vez…

…………….

            Hemos vuelto al faro y escribimos estas cuartillas con entusiasmo, con fe, como si hiciéramos algo trascendental, algo que hubiera de cimentar nuestra fama para siempre…

Y es que en estos días de sol fuerte, de sol embriagador, hasta los pajarillos más humildes tratan de escalar, poco a poco, las alturas, para que –aunque de lejos– poder bañarse en luz [10].




Ilustración: “La Charca”, de Carlos Cruz. 1917

            Una recaída grave en su padecimiento le impidió inaugurar la exposición que tenía prevista en el Ateneo de Tenerife y El Progreso, del 7 de julio de dicho año, se hace eco de la noticia: Encuéntrase enfermo de cuidado el notable caricaturista D. Manuel Reyes cuyo total restablecimiento deseamos.

            El mismo rotativo, el 21 inmediato anunciaba:

            Ecos

            El 30 del corriente quedará abierta al público una exposición de dibujos y caricaturas. En el salón del Ateneo. El artista que expone es Manuel Reyes Brito.

            Aquí se conocen muy pocas de sus obras, Pero en los centros artísticos no es desconocido el Sr. Reyes. Al contrario. Le conocen mucho y le elogian mucho.

            El catálogo de las obras, que figurarán en esta exposición nos dicen que es muy artístico. Irá ilustrado con la reproducción de algunos de los trabajos del Sr. Reyes.




            Opinión que corroboraba el Diario de Tenerife, en idéntica fecha:


            Personas que han podido ver algunas de las obras que el notable artista D. Manuel Reyes Brito, expondrá dentro de pocos días en los salones del Ateneo Tinerfeño, nos aseguran que la exposición será verdaderamente notable

            Nosotros aún no conocemos los trabajos del joven Reyes Brito; pero tales elogios nos han hecho de este novel artista, que ya esperamos con impaciencia la apertura de la Exposición, confiados en que serán confirmados los distintos juicios críticos favorables al artista que hemos oído.




Ilustración: “Fiesta de Luna”, de Sebastián Suárez León. 1917
            El varias veces citado noticiero El Progreso, en su edición del 29 de julio, ampliaba la información con detalle:


            De Arte

            Exposición Reyes

            Manuel Reyes Brito es artista que cumple sus promesas. Una reciente enfermedad le obligó a diferir la exposición de sus obras. Notablemente mejorado de esa dolencia, anunció para el 30 del corriente la realización de su propósito y desde mañana, a las 12, hasta el domingo 10 del próximo mes de Agosto, quedarán expuestas al público, en el salón del "Ateneo Tinerfeño", la colección de dibujos y caricaturas que para tal fin ha terminado el excelente dibujante.

            Tenemos el catálogo a la vista. Artístico. Magnífico anunciador de lo que esta exposición ha de ser. Nueve dibujos y veinte caricaturas nos presenta ahora Reyes Brito.

Los dibujos llevan estos lemas: Mi mesa, El Benjamín de la cas, Bebé, Percepción, Idealidad, Mañana de sol, Pesadilla, La maja gitana y Capricho.

            Algunos de ellos son sencillamente admirables. El público se convencerá mañana de que no exageramos.

            Las caricaturas representan a varios, señores de la localidad, qua tal vez no tomen muy a bien la buena intención del artista, porque aquí hay poca costumbre de esas cosas.

            Como hemos visto los nombres en el catálogo, allá van los de los señores caricaturados. Y el que esté feo que se aguante Con haber nacido más bonito se libraría de que el lápiz de este mágico corriese grotescamente sobre el papel.

            D. Jacinto Casariego, «Crosita», D. Benito Pérez Galdós, D. Ildefonso Maffiotte, D. Néstor Fernández de la Torre, D. Ramón Gil Roldán, D. Manuel Filpes, D. Francisco Cabrerizo, D. Juan Martí, D. Francisco Bonnín, D. Rubén Marichal, «Jacinto Terry», D. Patricio Estévanez, «Carlos Cruz», D. Francisco Izquierdo, Monsieur François, D. Guillermo Cabrera Felipe, D. Luis Zamorano Benítez, don Juan Claveríe y D. Pedro Guezala.


            El señor Reyes nos pide hagamos saber al público, que por omisión de la imprenta donde confeccionó los catálogos, se dejó de poner entre las personas caricaturadas a D. Manuel Verdugo.



            De este folleto nada podemos decir, porque no hemos alcanzado a verlo. ¿Tendría la misma estructura que Líneas? El hecho de que fuera calificado por el cronista de artístico nos hace sospechar que tuviera una apariencia similar al realizado para su exposición en El Gabinete, aspecto de cuidada edición que compartía con el Álbum de caricaturas de su amigo Juan Claveríe.


            El día 31 siguiente daba cuenta el mismo periódico que:

            Ayer quedó inaugurada en los salones del Ateneo la Exposición Reyes. La concurrencia fue verdaderamente extraordinaria. El éxito obtenido por Manuel Reyes indiscutible.

            Figuran entre la colección de dibujos algunos trabajos de gran mérito. El público no se cansaba de elogiar al joven artista.

            Las caricaturas, lo más saliente de la Exposición porque a ellas ha dedicado de esta vez especial preferencia, constituyen un plausible acierto. Algunas, entre las que recordamos las de Galdós, Gil Roldán, Casariego y Filpes, son bastantes para acreditar una firma.

            La Exposición estará abierta hasta el domingo próximo.

            Repetimos nuestra más entusiasta enhorabuena a Manuel Reyes, que a estas horas debe encontrarse satisfecho porque el público de Tenerife ha sabido corresponder a sus desvelos.



Ilsutración: “La Fea”, de Ildefonso Maffiotte. 1917


            Su amigo Sebastián Suárez León envió desde Las Palmas al diario La Prensa el hermoso texto que reproducimos a continuación y que fue publicado en la edición del día primero de agosto:



            De Arte

            Exposición-Reyes

            En estos días desfila el público tinerfeño por la exposición de caricaturas y dibujos del joven artista Manuel Reyes, y ante esta ostentación de modestos trabajos tengo por seguro que el buen juicio y la acertada apreciación de los inteligentes, darán su fallo favorable.

            Reyes tiene entusiasmos, trabaja con ahínco, sabe elegir entre los más hábiles maestros del lápiz, el camino que su criterio le señala para conquistar la afirmación definitiva del triunfo, y además, es modesto.

            Alentarle en su obra, estimularle en su trabajo, deber es de agradecidos y discretos. Porque si Reyes no tuviera el gran valor de sus indiscutibles aptitudes, el sólo hecho de exponerse al ruin veneno de la crítica de los pretenciosos y de los pedantes, rompiendo la ecuanimidad de una vida vulgar sin sacudidas espirituales ni manifestaciones culturales, -esto sólo, repito- le vale un aplauso.

………


Anuncio de Bazar X
            Reyes desde que en Las Palmas empezó este entusiasta cultivador de la línea caricaturesca, a anunciarnos modestamente, sin alardes ni engreimientos ridículos, lo que harían su intención y buen gusto encauzados por una hábil percepción artística.

            Hay en las caricaturas de este dibujante en formación, buena orientación, fácil manejo del trazo sobrio y elegante sin recurrir a exóticas cabriolas de procedimientos arbitrarios, que muchos ignorantes ha dado en llamar modernismo

            Y si por modernismo en el dibujo, como en literatura, se entiende el desfigurar de una manera insoportable la realidad y el estilo para sentar plaza de exótico y original, yo detesto y condeno el modernismo. No puede contar con mi asentimiento y mi admiración en materia de arte, todo lo que lejos de ser reflejo de lo real, copia y fastuoso comento colorista de lo objetivo o exteriorización de hondas pasiones y complejidades de ánimo, se basa y cimienta en una escuela falsa, artificiosa, llena de extravagantes osadías.

            En el dibujo, todo lo que sea raro retorcimiento y dislocación inverosímil de la línea; contorsión deforme de una figura, rota por la violenta quebradura del contorno con torpes alardes de técnica avanzada, ya se considera como un asomo de originalidad y valía; cuando muchas veces no es otra cosa que un recurso burdo, gastado, casi pueril, para ocultar ante la mayoría del público, -horro de serena penetración analítica-, la falta de condiciones y la escasez de aptitudes.

            Manolo Reyes, sin llegar aun a esos deplorables extremos del snobismo pictórico, pede decirse que es un feliz humorista del trazo, un ironista de la línea. Sabe copiar la nota propia que distingue a un carácter; sabe sorprender el momento propicio, retratar la actitud, cazar el gesto pasajero, retener el tic nervioso de una fisonomía vivaz para que su lápiz opere el milagro de hacer de unos cuantos trazos fáciles la identificación con la realidad.

            En muchas de sus caricaturas hay como un gesto inofensivo de grácil burla que retrata y exterioriza a todo un temperamento. Bailotea en ellas la inquietud de una ironía desconcertadora, y de ahí que a veces no sepamos si la seriedad es mofa y desdén, o la alegría paradójica de sus dibujos es gravedad histriónica de desengañado. Y esto, que es una revelación y un acierto, acusa a mi modo de ver el más valioso rasgo de sus obras caricaturescas.

            En los trabajos que Reyes presenta al público de Tenerife, se observará conocimiento del género que cultiva. Y si en algunas de sus caricaturas hay todavía algo así como una vacilación y un balbuceo, bien disculpables si se tienen en cuenta las dificultades de esta labor y la falta de ambiente que robustezca su personalidad artística, hay en cambio en todas ellas verdadero espíritu de artista bien orientado, y en muchas as afirmación rotunda de quien ya ha llegado.

            Tienen, pues, los dibujos de Manuel Reyes , corrección en la línea, delicadeza de expresión, atildamiento y buen gusto en el asunto, grato colorido tratado con regular acierto; detalles todos que, bien acoplados a saludables preceptivas del arte; desentrañando de todos estos precisos elementos de técnica y de concepción lo que constituye el secreto de un estilo y el privilegio de una escuela para adaptarla a las propias facultades ansiosas de orientación y de norte, cabe afirmar que el que hoy se presenta al público despertando esperanzas, puede muy bien ofrecernos no en muy lejano plazo el fruto de una labor llena de originalidad y observación.

            La exposición Reyes dirá a todos lo que este muchacho laborioso y modesto es, lo que vale y promete. Y yo tengo por seguro que los inteligentes, loa analizadores desapasionados, los que saben de arte y pueden apreciar dificultades, confirmarán mi juicio.



Manuel Reyes Brito: Benito Pérez Galdós

            Joaquín Fernández Pajares, que firmaba sus trabajos periodísticos con el seudónimo Jacinto Terry, en su columna habitual, que llevaba por título “Dietario”, dio a la estampa en El Progreso del 2 de agosto, este artículo:



            La Caricatura

            En el Ateneo. Las nueve de la noche. Varias jóvenes miran las caricaturas. El ingenio y la habilidad de Manolo Reyes han logrado fijar la atención pública. A eso aspiran los artistas. Las jóvenes ríen al ver los trazos grotescos de nuestros hombres más conocidos. ¡Pero qué feos, hija! ¡Pues no te digo nada de éste, Pura; la nariz parece un cartabón! Hija, si las mujeres mirásemos a nuestros novios respectivos por el lado de la caricatura, ¡cualquiera se casaba! ¡La verdad que si ellos nos mirasen también a nosotras por el mismo lado!... Cierto; los novios y las novias son como los fotógrafos de nombradía: no atienden más que al retoque.

            Y a pesar de las líneas ridículas, todos los que están allí caricaturados parecen bonísimas personas. ¡Y los hay con cada genio! ¿Quién diría que algunos de aquellos compungidos son los revoltosos de ayer, los ariscos de hoy y acaso los ordenancistas de mañana? Al ver a los hombres con aquellas caras, largas, como salidas de un duelo, y aquellos gestos, arrugados, como si se engendrasen en un padecimiento del estómago, nadie se atrevería a recoger el pensamiento de que los gestos y las caras son inevitable consecuencia de la manera de tenerse en público.

            Reyes ha buscado sólo el aspecto grotesco en las víctimas de su lápiz. Pero ha esquivado la crueldad. Unos ojos desmesurados. Una boca perdida. Una frente en graciosa confusión con la nariz. Un bigote en el aire. Unos brazos doblados sobre el pecho Eso es todo. Ni una sola vez surge en las caricaturas de Reyes el intento de molestar. ¡Y cuidado si hay materia para un dibujante humorista en aquella colección de figuras representativas!

            Las muchachas son las que hablan en la Exposición. Bien dicen los que dicen que la franqueza solo reside en la juventud. Oye, Tulita, a éste lo hubiera yo pintado bebiendo. Y yo a éste cantando. ¿Y dónde me dejas a éste? No, lo que es a este lo dibujaba yo con un vaso en la mano y cien dentro del cuerpo. Y a este arreglando las calles y cuidando los jardines. Y a este lo hubiera yo vestido de cura, para que lo libre Dios de los malos pensamientos. Y a este…

            Tal vez sea la caricatura lo mejor del arte pictórico. Como el humorismo es lo mejor de la literatura. Goya veía muy bien el lado ridículo de las cosas y sus trabajos cómicos pueden figurar dignamente junto a sus majos y manolas. Lo mejor de los sainetes de don Ramón de la Cruz son sus ironías, que hoy nos parecen inocentes y en su tiempo debieron ser temibles advertencias. Pintar la realidad quizás no sea un mérito muy grande. Desquiciar la realidad para encajarnos luego en la realidad, acaso sea empresa digna del mayor encomio.

            Ayer lo decía en el Ateneo un distinguido caricaturado. Jamás me he tenido por un hombre guapo; pero después de ver desdoblada mi fealdad, voy limando mentalmente las asperezas del lápiz de este joven dibujante y me parece que no soy tan feo. Los demás sonreímos ante la consoladora reflexión. Naturalmente sin prestarle nuestro asentimiento.

            Cuando anoche visitamos, por cuarta o quinta vez, la Exposición tuvimos una grata sorpresa. Uno de los dibujos, el que ostenta el lema «Idealidad», tiene en la parte superior una tarjeta con la inscripción siguiente: Vendido. Por algo augurábamos todos al joven artista un éxito completo No es tan fácil vender en Santa Cruz trabajos de esta índole. Desearíamos saber el nombre del comprador. Realmente se presta a la curiosidad pública y bien merece un elogio quien de tan regia manera gasta su dinero.

            Afortunadamente para los caricaturados, sobre ninguno de los grotescos dibujos de Reyes figura la palabra «Vendido». Seria ocasión para muchas bromas de dudoso gusto. Se ve que a los allí representados ni aún en caricatura los quieren.

            En suma, un triunfo para Reyes. Este joven se ha impuesto en muy pocos días. Un triunfo para el Ateneo. Y un triunfo para las muchachas, que han tenido ocasión de reír con las exageraciones del lápiz de Reyes.

            ¿De Reyes? Terminemos este ligero apunte. No sea cosa que por dar la enhorabuena al notable dibujante, nos salga un chiste malo de los puntos de la pluma.



            El Progreso, una vez más, se ocupa de la trayectoria artística de Reyes y, el 19 de agosto informa:



            Florilegio.

            La notable revista literaria «Florilegio», que se publica en Las Palmas, ha dedicado su último número al caricaturista Manolo Reyes, con motivo de la Exposición de sus meritísimos trabajos celebrada en esta ciudad recientemente.

            La misma revista reproduce «La caricatura», trabajo periodístico que corresponde al «Dietario» de nuestro compañero «Jacinto Terry».




Viñetas satíricas y dibujos publicitarios


En la plaza de la Constitución. 1917
Lo que ven los parroquianos del “British”. 1917


            Pitos y Flautas y El Diablo Cojuelo constituyen, para el doctor González, la élite de las revistas de humor isleño. Editadas en 1914-1915 y 1917, respectivamente, considera este autor que son, tal vez, las más interesantes revistas modernistas de humor gráfico en las islas […] en las que el grafismo de Reyes adquiere su sello característico, con un modo de entender la viñeta realmente moderno [14].

            De Pitos y Flautas tan sólo se conocen tres entregas. Los dibujos, con formato de viñeta y temática de sátira cruel político-económica, fueron firmados por Reyes con un nuevo seudónimo: Luzbel. Quizás el dibujante quería hacer pública, veladamente, su independencia, de acuerdo con el ¡Non serviam! que Lucifer pronunció ante Dios justo antes de perder su favor y precipitarse en la caída. En cualquier caso, el tono subido de las críticas aconsejarían a nuestro autor refugiarse tras un sobrenombre, para evitar posibles represalias, caldeado como estaba el ambiente local por las beligerantes banderías de anglófilos y germanófilos que se formaron en el archipiélago como consecuencia de la Primera Gran Guerra.

            En El Diablo Cojuelo, revista de humor gráfico modernista excepcional, al decir del doctor Frank González, ya no sólo serán suyas las viñetas y caricaturas, sino todo el proyecto editorial y el diseño de la revista [15]. En esta publicación, de la que actualmente se conocen otros tres números, editados en Santa Cruz de Tenerife en el mes de noviembre de 1917, figuran varios anuncios publicitarios realizados por Reyes.



Castalia 1917

 Castalia

            Fue 1917 un año de intenso trabajo para el dibujante Reyes, a pesar de sufrir frecuentes recaídas en el transcurso inexorable del mal que padecía. En enero, un día después de la festividad de Reyes, salió a la calle en Santa Cruz de Tenerife, el primer número de Castalia, la publicación periódica modernista por excelencia de Canarias. No es nuestra intención detenernos en lo que significó este hito de la bibliografía –el diccionario no registra el término hemerografía, que nos parece más adecuado- insular y en su importancia crucial en el devenir estético de las artes gráficas en el archipiélago. Queda para otra ocasión. Nos limitaremos a relacionar las obras de Reyes estampadas en la publicación, a partir de enero de 1917 y hasta el 20 de agosto del mismo año en que vio la luz el número 22, último de cuantos la componen.










            Núm. 1. 7 de enero, p. 6. “El suicidio de Juan Manuel”, de Carlos Cruz.

            Núm. 2. 14 de enero, cubierta.

            Núm. 2. 14 de enero, p. 7. “Apocalipsis”, de Luis Rodríguez Figueroa.

            Núm. 3. 23 de enero, p. 7. “La Charca”, de Carlos Cruz.

            Núm. 4. 29 de enero, pp. 6-7. “Don Benito Pérez Galdós”, de Ildefonso Maffiotte.

            Núm. 5. 7 de febrero, cubierta. Retrato de Rubén Darío.

            Núm. 5. 7 de febrero, pp. 10-11. “Margarita”, de Rubén Darío.

            Núm. 5. 7 de febrero, contracubierta. Anuncio de Bazar X.

            Núm. 6. 14 de febrero, p. 6. “Campos de infancia”, de J. Medina Miranda.

            Núm. 11. 26 de marzo, cubierta. Retrato de Bernardo Benítez Braun.

            Núm. 12. 31 de marzo, cubierta. Retrato de María del Pino Rufino y Hernández.

            Núm. 12. 31 de marzo, p. 3. “Néstor”, de Ildefonso Maffiotte.

            Núm. 12. 31 de marzo, p. 7. “La virtud, el amor y el vicio”, de Cristóbal Bonilla.

            Núm. 13. 10 de abril, pp. 6-7. “La fea”, de Ildefonso Maffiotte.

            Núm. 14. 18 de abril, p. 6. Caricatura de Juan Martí Dehesa.

            Núm. 15. 23 de abril, p. 3. Caricatura de Diego Crosa y Costa.

            Núm. 15. 23 de abril, p. 6. Nota cómica. Lo que ven los parroquianos del “British”.

            Núm. 19. 15 de junio, p. 3. “Fiesta de Luna”, de Sebastián Suárez León.

            Núm. 21. 15 de julio, p. 3. Caricatura de Sebastián Suárez León.

            Núm. 22. 20 de agosto, cubierta.

            Núm. 22. 20 de agosto, p. 10. En la plaza de la Constitución.




Castalia 1917
            No podemos dejar de señalar la deuda que contrajo Castalia con Manuel Reyes Brito, el artista con más representación gráfica en la misma, junto a otros de la talla de Claveríe, Davó, Crosa, Borges, Verdugo o Guezala.

            Como ya dijimos, el número 95 de Florilegio fue la antesala formal de Castalia. Pero su contribución fue más allá, implicándose en lo personal y económico con el proyecto editorial, a pesar de su carencia de medios, de forma que la redacción del propio semanario, en su número del 31 de marzo hacía manifiesto que:



            La ampliación que corresponda al primer premio de nuestro Concurso de Bellezas Canarias, será un magnifico retrato al óleo pintado por el joven y notable artista Manuel Reyes.



            La Gaceta de Tenerife, el 26 de mayo inmediato, resaltaba que:



            Hemos tenido ocasión de admirar la última producción del notable artista Manuel Reyes, y no podemos menos de reconocer que como todas las suyas, esta nueva obra de arte, merece las mayores alabanzas.

            Ha sido un gran acierto, el retrato que ha hecho de la bellísima y distinguida señorita Mercedes Acha, hija de nuestro respetable amigo, el comandante señor Acha, primer premio de belleza del concurso organizado por la revista «Castalia».

            Las numerosas personas que han desfilado por el estudio del señor Reyes, han quedado gratamente sorprendidos del verdadero parecido, y de la elegancia y colorido del dibujo.

            Próximamente se expondrá, en un escaparate de esta Capital.

            A las muchas felicitaciones que ha recibido el joven amigo, unimos las nuestras muy sinceras.



            Y El Progreso ampliaba la noticia, el 30 del mismo mes, en estos términos:



            Hoy será expuesto al público en el escaparate del establecimiento de D. Alberto Camacho el retrato al óleo de la señorita Mercedes Acha, primer premio del concurso de bellezas organizado por la revista Castalia, y que ha sido pintado por don Manuel Reyes Brito.



            Este mismo año, un periódico de la ciudad en la que vivía, daba cuenta de una nueva exposición del artista:



            El notable caricaturista palmero D. Manuel Reyes, residente en esta capital, ha organizado en los salones del Real Nuevo Club, de Santa Cruz de La Palma, una exposición de sus obras pictóricas [16].





De vuelta a Las Palmas: enfermedad y muerte



            Tras cuatro años de fructífera permanencia en Santa Cruz, Manuel Reyes Brito retornó con su familia a Las Palmas en 1920.

            Su estrella, a la par que su existencia, parece que se va eclipsando. Su padre y su hermano José mueren en 1922 y 1927. Transcurren años oscuros para el artista. Las islas sufren las adversas consecuencias económicas de la postguerra europea. Su actividad artística se ve reducida notablemente. El día primero de julio de 1921 dedicó a su amigo Francisco de Armas, hermano del escritor y, también humorista gráfico, José de Armas Medina una caricatura de Victoria Macho [17].

            El 12 de julio de 1923, La Provincia publicó otra, excelente, de Mariano Utrera y Cabezas.

            Años más tarde, ya a comienzos de 1928, diseña la cabecera y forma parte de la redacción del diario El País.

            La Gaceta de Tenerife, en su edición del 28 de enero de dicho año, advertía del preocupante estado de su salud:



            Se encuentra enfermo en Las Palmas nuestro compañero en la Prensa don Manuel Reyes Brito, redactor de El País, de aquella ciudad.



            Fue El País, quien publicó, en primera página, su necrología, el domingo 29 de enero de 1928:



             Manolo Reyes



            Aún no se ha cumplido el primer mes de nuestra existencia y ya tenemos que lamentar tan irreparable pérdida: Manolo Reyes Brito, nuestro dibujante más preciado, nuestro amigo más entrañable, murió ayer a las doce en uno de esos días fríos, ventosos, desapacibles, que tan profunda huella dejaban en su espíritu. En realidad las consecuencias de la penosa enfermedad que le ha llevado al sepulcro en plena juventud hacía tres días se habían agudizado de tal manera que toda esperanza de salvación fue abandonada por imposible.

            Hacer el elogio de Manolo Reyes, calientes aún sus restos mortales, es una de esas duras necesidades que nos impone nuestra profesión. Hubiéramos anhelado dar tierra a sus restos mortales y, aquietado el dolor, mirar su vida desde una perspectiva luminosa.

            Desde la publicación de “Florilegio” –que fundara con ayuda de Bartolomé S. Padilla y de nuestro director– el nombre de Reyes gozó del aura popular. Fue de los prematuramente elegidos, de los que pasan su existencia quemándose enteros al arrullo de un sueño imposible. Pero no supo arbitrar a sus enormes facultades artísticas ese punto de reposo, esa profunda continuidad que necesita semejante labor. Y así su obra, desperdigada, suelta, que fue del dibujo ligero al óleo lentamente madurado, carece de ese amplio frente único que hace recordar, de un modo perenne, el nombre de sus creadores.

            Mas con todo y ser Reyes un pródigo derrochador de su existencia y de sus facultades, él solo se ha bastado para constituir en nuestra prensa local una época de renovación. Y nadie como él ha sabido interesar a sus conciudadanos con los oportunos frutos de su lápiz.

            Hace tiempo veía minada su existencia. Al frente de la dirección artística de nuestro diario, apenas si su quebrantada salud le diera ocasión para hacer otra cosas que los admirables dibujos publicados en nuestras columnas y dibujados para una serie en que se proponía perpetuar el recuerdo de las mujeres que alegran la calle de Triana.

            Reciban su madre y hermanos nuestro más sentido pésame por tan sensible pérdida.



            La Tarde de Santa Cruz de Tenerife, el día primero de febrero de 1928, le dedicó estas líneas:



            Los que mueren

            Ha fallecido el dibujante Manolo Reyes

            En Las Palmas, donde residía desde hace algún tiempo, ha fallecido el que fue notable dibujante y excelente amigo Manolo Reyes.

            En Santa Cruz vivió durante tres o cuatro años y su talento y su afabilidad le crearon numerosas amistades.

            Era dibujante de gran valía; pero su carácter tímido y al mismo tiempo rebelde a toda clase de imposiciones no le consintieron el triunfo definitivo, que seguramente lograría con muy poco esfuerzo que hubiera puesto de su parte.

            En el salón del Ateneo de esta ciudad, cuando estuvo instalado en la plaza del Príncipe, hizo Manolo Reyes una exposición de varias de sus obras, la que mereció grandes elogios de cuantas personas la visitaron.

            Después continuó trabajando en su arte; pero sólo muy de tarde en tarde daba muestras de su talento.

            Ha muerto joven, lleno todavía de ilusiones. Enfermedad lejana que no fue posible dominar, y que acaso contribuía a aumentar su timidez y desgana, le ha llevado al sepulcro.

Sentimos esta pérdida y hacemos presente nuestras condolencias a sus familiares.



            Acabó la corta vida de Manuel Reyes Brito en su casa de la calle de Villavicencio número 17, a las once horas de la mañana del día 28 de enero de 1928, cuando contaba treinta y cuatro años de edad [18].




Notas

[10] La Prensa. Santa Cruz de Tenerife, 25 de mayo de 1916.

[11] González, F.: “Manolo Reyes. El trazo perdido de un dibujante”. Moralia 1. Moya, marzo de 2002.

[12] González, F.: art. cit.

[13] González, F.: “Modernismo y humorismo gráfico en Canarias 1899-1926” en Modos modernistas [La cultura del modernismo en Canarias 1900-1925]. Cabildo de Gran Canaria. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Casa Museo Tomás Morales. CajaCanarias. Madrid, 2000.

[14] González, F.: “Manolo Reyes. El trazo perdido de un dibujante”. Moralia 1. Moya, marzo de 2002.

[15] González, F.: “Manolo Reyes. El trazo perdido de un dibujante”. Moralia 1. Moya, marzo de 2002.

[16] El Imparcial. Santa Cruz de Tenerife, 27 de febrero de 1918.

[17] Esta caricatura, que se encuentra en la Casa Museo Tomás Morales de Moya, ha sido convenientemente identificada por el doctor Javier Campos Oramas, véase: Campos Oramas, J.: El imaginero José de Armas Medina. Fundación Mapfre Guanarteme. Las Palmas de Gran Canaria, 2008.

[18] Registro Civil de Las Palmas. Distrito de Vegueta. 29 de enero de 1928. Núm. 81.