miércoles, 22 de agosto de 2012

Juan de Miranda. Reverso de un autorretrato




El pintor Juan de Miranda [1723-1805] y su autorretrato de la Academia

Relato de un encuentro a destiempo

por

Juan Alejandro Lorenzo Lima


Juan de Miranda. Reverso de un autorretrato. Cubierta

La tan esquiva fortuna depara en ocasiones sorpresas inesperadas a los investigadores y estudiosos del pasado, ya que la consulta de todo tipo de fuentes permite replantear hipótesis previas, conocer un alto volumen de información sobre cualquier tema de análisis, y —lo que más nos importa ahora— aproximarnos a creaciones artísticas que respaldan o cuestionan asuntos abordados con un criterio lo más objetivo posible. Algo de todo ello se vislumbra en un libro que he podido publicar últimamente: Juan de Miranda. Reverso de un autorretrato, primer volumen de la colección El Gabinete Isleño que promueve Gaviño de Franchy Editores. Se trata de un ensayo personal y algo atípico, que profundiza en el estudio del pintor grancanario Juan Ventura de Miranda y Cejas [1723-1805], el más notable de cuantos trabajaron en el Archipiélago durante el Antiguo Régimen [1]. Sin embargo, Miranda era ya un autor conocido por la historiografía insular y las creaciones que emprendió habían recibido todo tipo de calificativos desde que sus propios contemporáneos empezaron a ver en ellas pruebas de un talento inusual, producto de su capacidad para manejar el pincel con solvencia, de su formación a raíz de un largo viaje por tierras peninsulares y, sobre todo, del interés que su estilo despertó entre los miembros de una ya selecta clientela isleña [2].

Juan de Miranda: Autorretrato
Así, partiendo de tales precedentes y del desigual bagaje bibliográfico que la precede, el aliciente de esta última propuesta interpretativa se fundamenta en una nueva contextualización del maestro y de su extenso repertorio pictórico con el propósito de aproximar ambos a la realidad artística del momento. Su viaje ya documentado por tierras peninsulares durante la década de 1760 permite reflexionar sobre la realidad creativa que conocería en Madrid y en ciudades del Levante y Andalucía que pudo visitar entonces, a la vez que replantear el encargo de dos lienzos que decoran el oratorio del Ayuntamiento de Alicante desde 1767: San Nicolás de Bari y Milagro de las Tres Santas Faces. Asimismo, el itinerario de ese largo desplazamiento respalda la atribución de algunas obras que se acomodan fielmente a su estilo y conservan ahora coleccionistas particulares de Canarias, la iglesia de San Bartolomé de Murcia y varios centros museísticos, destacando entre ellas una Inmaculada que supongo perteneciente a la colección valenciana del coronel Manuel Montesinos [1796-1862] y que fue trasladada a Tenerife el año pasado [3].

No obstante, lo más llamativo del libro y su verdadero aliciente fue la localización de un autorretrato en los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Pintado al tiempo que el artista padecía cautiverio en Orán durante el año 1760, es una obra de gran interés y un testimonio ineludible de sus desmedidas aspiraciones profesionales, porque, como plantearon con anterioridad otros investigadores, fue emplazado en la parte posterior de un lienzo que el propio Miranda hizo llegar a Madrid con el fin de obtener premio en el certamen académico de ese año [4]. Así pues, la notoriedad del hallazgo y su alcance para el panorama que describe la pintura canaria del siglo xviii incitan la redacción de esta breve reseña, en la que pretendo dar a conocer lo más significativo de cuantos juicios e interpretaciones se contienen en la publicación a la que dicha pintura dio sentido. Ello justifica el apelativo de reverso de un autorretrato, porque, precisamente, lo que perseguí con mi interpretación era revalorizar una figuración de tanto interés para el panorama artístico del momento, relegada desde el mismo tiempo de su ejecución a un segundo e inmerecido término.


Juan de Miranda: Inmaculada
El retrato del hasta hace poco enigmático Juan Ventura de Miranda fue referido en 1964 [5] y, hasta donde sabemos, tan sólo se había publicado en un libro que la Academia patrocinó décadas después para divulgar el desarrollo de los concursos de pintura que sus miembros alentaron con no pocos problemas entre 1753 y 1808 [6]. Desde que tuve conocimiento de él planteé la posibilidad de que dicha representación correspondiera con el maestro insular, poniendo por fin identidad a un misterioso pintor del que no se había planteado nada en el estudio previo de 1994 [7]. La ejecución de esta obra en Orán despertó entonces muchas dudas e incertidumbres al no haber constancia sobre el traslado del artífice hasta esa ciudad del norte de África, pero un artículo posterior de Suárez Grimón que documentó su reclusión en un presidio argelino a partir de 1757-1758 disipaba cualquier interrogante al respecto [8]. Ya no cabía la duda. El maestro que se efigió a sí mismo era nuestro intérprete, por lo que únicamente restaba confrontar dicha noticia en los fondos documentales de la Academia.

Este trabajo no conllevaría excesivas complicaciones, de modo que una de mis últimas pesquisas en el archivo de San Fernando confirmó la identidad y permitió localizar al menos tres cartas remitidas por el artista desde la misma plaza de Orán. En ellas Miranda planteaba su deseo de concurrir al certamen de pintura en la categoría de primera clase, la intención de enviar el cuadro a Madrid vía Cartagena, y —quizá lo más importante— su propósito de convertirse en uno de los individuos de tan ilustre cuerpo, expectativa que, por cierto, no pudo cumplir dado que la reclusión carcelaria impidió su traslado a Madrid para desarrollar durante el mes de agosto la prueba presencial o de repente. En cualquier caso, resulta atractivo que el jurado del certamen expresara que la obra remitida por el grancanario mostraba muy singular mérito, apostillando luego que no se le concedía el título que ambicionó de académico por razones reservadas [9]. Con ese material y la documentación que generó el concurso de 1760 preparé un artículo que fue publicado en un último número del Anuario del Instituto de Estudios Atlánticos [10], claro antecedente del libro que nos ocupa ahora. Así pues, la identificación del autorretrato ha deparado una gran satisfacción y —en palabras de Henares Cuéllar, autor del prólogo de la edición— ilustra con solvencia un proceso de revalorización y resignificación de la producción artística, sirviendo de excusa para aproximarnos a un tiempo de atractiva transición cultural [11].



Joanes de Miranda Operabat


Juan de Miranda: San Fernando recibe la embajada del rey de Baeza
El atractivo del cuadro ideado por Miranda para el certamen de 1760 no se centra tanto en las cualidades del tema histórico que propusieron sus convocantes y nuestro pintor interpretó con solvencia: San Fernando recibe la embajada del rey de Baeza. Adquiere un interés superlativo por la inclusión del autorretrato ya comentado en el reverso o parte posterior, algo insólito para el alto número de realizaciones que fue presentado a los concursos de la Academia antes de su cese momentáneo en 1808. El añadido de tal representación es un hecho notabilísimo y permite conocer los rasgos del artista en un momento clave de su trayectoria vital, superando así la imagen evocadora que Lorenzo Pastor y Castro [1784-1860] transmitió en una pequeña grisalla que exhibe el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife [12]. El objetivo de dicha obra con forma de óvalo no es otro que servir de presentación al artífice en un entorno desconocido e insospechado como Madrid, de modo que recurrió a una práctica directa por la cercanía que despertaba en quien contemplase su semblante con diversos fines. De ahí que adoptara esa cualidad figurativa por medio de los que podríamos denominar recursos tipo: una inscripción en latín y la plasmación verídica de su físico, efectuada con la fidelidad y solvencia de que hacían gala los grandes maestros del género. Por ello se presenta como un hombre maduro [13] y con cualidades atípicas por su distinción respecto a lo que serían rasgos usuales del entorno peninsular: tez morena, ojos marrones con pobladas cejas, nariz de cierta prominencia y boca pequeña.

El texto latino es una prueba más de su cultura y formación, aunque en él no aporta noticias novedosas si atendemos a los datos expresados en una carta que sirvió de presentación al cuadro cuando fue enviado a Madrid. Quizá lo más significativo es que data su conclusión el 22 de mayo de 1760 y refiere nuevamente las incomodidades padecidas por habitar en una cueva de la ciudad de Orán [14]. No obstante, el distintivo de mayor interés reside en el autorretrato propiamente dicho. Con él Miranda se mostraba a los académicos como un reputado hombre de su tiempo, lejos de la imagen que debía transmitir un preso político de Argelia al aparecer ataviado con peluca y cuidadas vestimentas. Así lo manifiestan la rica casaca con botonadura y el pañuelo-corbata que ciñe su cuello, cuyo corte o patrón de costura se convierte en prueba inequívoca de distinción, elegancia y refinamiento. Indudablemente, ello no tiene que ver con las carencias relatadas por un hombre sin medios, el mismo que semanas antes declaraba vivir un destierro miserable lejos de su tierra de origen.


Lorenzo Pastor de Castro: Juan de Miranda
La representación se acompaña de una cartela donde el propio Miranda alude a su nacimiento, acaecido en 1723 y no en 1729 como manifiesta el texto que corona al retrato: Natus sum ano mdccxxix. De este modo revela la voluntad de perpetuar su efigie y obtener el ansiado reconocimiento de la Academia, una evidencia más de la nueva consideración que cualquier artista de provincias alcanzaba en esta época y no recurrieron otros opositores a los concursos de pintura ni maestros del Archipiélago hasta que Luis de la Cruz [1776-1853] alcanzó los primeros éxitos antes de concluir el siglo xviii. Al margen de ello, presenta unos rasgos definidos en exceso, con mirada penetrante y cierta altivez en la pose, quizá algo idealizada por valerse de un espejo a la hora de concebir tal autorrepresentación con aparente fidelidad. Su imagen transmite al mismo tiempo arrogancia y seguridad, cualidades que no eran ajenas a alguien que tuvo confianza plena en su trabajo o en la solvencia de los resultados obtenidos después de ejercitarse en lo que él mismo ponderaba como noble arte de la pintura.

La reivindicación que un creador del talante de Miranda hizo de su persona no es un fenómeno común durante la época y responde al nuevo estatus que adquiría un pintor instruido, personificando de antemano el paso de artesano a artista que Gállego describió con acierto al estudiar la sociedad del Antiguo Régimen [15]. No se trata ya del oficial que pinta con el fin de cambiar su suerte u obtener beneficios económicos en un entorno hostil, estratificado en lo social y contrario a sus inquietudes teorizantes. En el autorretrato que nos ocupa aflora la lucha del maestro periférico que hace de su ejercicio con los pinceles un medio de distinción social, todo ello en claro vínculo con el discurso artístico del momento y con la discusión suscitada en regiones que participaron de las mismas coordenadas estéticas con mejor alcance o resultado plástico [16]. A pesar de esa circunstancia, sobreentiendo que dichos principios fueron conocidos por Miranda desde su juventud, porque tanto en Las Palmas como en La Laguna no debió ser ajeno a la liberalidad del oficio de pintor que propugnaban antecesores suyos como Francisco Rojas y Paz [1701-1756] o José Rodríguez de la Oliva [1695-1777]. No es casual que los cronistas laguneros describieran al primero como un canario muy presumido mientras trabajaba en la iglesia de los Remedios a mediados el siglo xviii [17]; y en relación con De la Oliva debe recordarse un pasaje del elogio fúnebre que Lope Antonio de la Guerra le dedicó en 1777, cuando al narrar los méritos de dicho artífice señala que hallaba muy bizarros e impracticables algunos pensamientos de teólogos y filósofos que no tenían tintura de pintar [18]. En actitudes de ese tipo se encuentra el horizonte de las inclinaciones teóricas que nuestro artista pudo desarrollar de modo incipiente en el contexto adverso de Argelia. Quizá allí solventase inquietudes que cambiaron a raíz de su participación en el concurso de la Academia, claro antecedente del periplo que protagonizó por varias ciudades de la Península hasta comienzos de la década de 1770.


 Juan de Miranda: Milagro de las Santas Faces
Juan de Miranda: San Nicolas de Bari
 


notas
[1] Así lo ha hecho ver un elevado número de investigadores canarios, pero en este punto introductorio resultan de interés los comentarios formulados por historiadores peninsulares en estudios de conjunto sobre la pintura española del momento. Véase al respecto Pérez Sánchez, Alfonso E.: Pintura barroca en España 1600-1750. Madrid, 2000 [3ª edición], pp. 425-426; y Morales Marín, José Luis: Pintura en España 1750-1808. Madrid, 1994, pp. 376-378.
[2] La bibliografía sobre Miranda es extensa y muy variada. De ella doy buena cuenta en el último ensayo, pero como antecedente y punto de partida para una nuevo análisis de su producción resulta indispensable una breve monografía de 1990 y el catálogo de una exposición monográfica que se le dedicó años más tarde. Cfr. Rodríguez González, Margarita: El pintor Juan de Miranda 1723-1805 [Colección Guagua, núm. 70]. Las Palmas de Gran Canaria, 1990; y Juan de Miranda [catálogo de la exposición homónima]. Santa Cruz de Tenerife, 1994.
[3] Al tiempo de ultimar la edición, ésta en concreto fue publicada en la prensa periódica por Matías Díaz Padrón, quien se decanta también por una atribución al grancanario señalando que constituye su Inmaculada más elegante y de más bello rostro. Díaz Padrón, Matías: «La Inmaculada de Juan de Miranda», en La Provincia-Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 17/iv/2011, p. 67.
[4] Lorenzo Lima, Juan Alejandro: Juan de Miranda. Reverso de un autorretrato. Islas Canarias, 2011, pp. 33-43.
[5] Pérez Sánchez, Alfonso E.: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Inventario de las pinturas. Madrid, 1964, p. 28/núm. 223.
[6] AA VV: Historia y alegoría: los concursos de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1753-1808). Madrid, 1994.
[7] Lorenzo Lima, Juan Alejandro: «Precisiones sobre la obra del pintor Juan de Miranda en Alicante (1723-1805)», en La multiculturalidad en las artes y en la arquitectura [XVI Congreso Nacional de Historia del Arte-CEHA]. Las Palmas de Gran Canaria, 2006, t. II, pp. 631-640.
[8] Suárez Grimón, Vicente: «El envío del pintor Juan de Miranda al presidio de Orán: un reflejo de la crisis de la Audiencia de Canarias en el siglo XVIII», en Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 54 (2008), t. II, pp. 265-296.
[9] AASF: Sign. 2-i-4.
[10] Lorenzo Lima, Juan Alejandro: «Juan de Miranda en la Academia. El artista y su participación en el concurso de pintura de 1760», en Estudios Canarios. Anuario del Instituto de Estudios Canarios, vol. lv (2011), pp. 173-206.
[11] Henares Cuéllar, Ignacio: «Prólogo», en Lorenzo Lima, Juan Alejandro: Juan de Miranda..., pp. 9-11.
[12] Catalogado en el repertorio de obras de este autor que publicó Alloza Moreno, Manuel Ángel: La pintura en Canarias en el siglo xix. Santa Cruz de Tenerife, 1981, p. 229.
[13] No debe obviarse que superaba ya los treinta y cinco años de edad.
[14] El texto íntegro de la inscripción es Ano Domini mdcclx d. xxii Mensi Mai + Joanes de Miranda operabat hanc pincturam cum incomodidate quam illi ofert una ex restrictis speluncis Civitatis Oranensis.
[15] Gállego, Julián: El pintor, de artesano a artista. Granada, 1995.
[16] Véase al respecto la síntesis para el contexto mexicano que propone Mues Orts, Paula: La libertad del pincel. Los discursos de la nobleza de la pintura en Nueva España. México, 2008.
[17] AMLL: Archivo Ossuna. Caja 9, papeles sin clasificar.
[18] Cita tomada de Fraga González, María del Carmen: Escultura y pintura de José Rodríguez de la Oliva (1695-1777). La Laguna, 1983, p. 133.


sábado, 11 de agosto de 2012

Gabriel de Ponte



Gabriel de Ponte [ o de Aponte]


Hijo natural de Cristóbal de Ponte y de Juana Gutiérrez, guanche.
Casó, en 1539, con Francisca Fernández, portuguesa, hermana de Martín Fernández y Beatriz Fernández, mujer de Juan de Benavides.
Hijos:
I. Juan de Ponte casado, en 1561, con María de Rebolledo, hija de Juan de Rebolledo y Margarita Díaz, portugueses, pasó a Indias. Antepasados de Simón Bolívar.
II. Tomás de Ponte, que casó en 1572 con Inés de Paz, hija de Melchor de Paz y Ginebra Gómez, portugueses, pasó también a Indias.
III. Ana de Ponte casada el 13 de enero de 1572, en Santa Ana de Garachico, con Pedro de Palencia [o Plasencia].
IV. María de Ponte, fallecida sin sucesión.
V. Cristóbal de Ponte.

Dotes

—Dote para Francisca Fernández, portuguesa, que casa con Gabriel de Ponte, hijo natural de Cristóbal de Ponte. Juan de Anchieta, 4 de mayo de 1539.
—Dote para María de Rebolledo, hija de Juan Rebolledo y Margarita Díaz, que casa con Juan de Ponte, hijo de Gabriel de Aponte. Serán padres de Juan de Ponte Rebolledo y de x, que casó con el mercader Pedro Blanco. Gaspar de Sexas, marzo de 1561.
—Dote para Inés de Paz, hija de Melchor de Paz y Ginebra Gómez, que casa con Tomás de Ponte. Álvaro de Quiñones, 1572.
—Carta de dote de Inés de Paz, hija de Melchor Rodríguez, mercader, y Ginebra Gómez, que casa con Tomás de Ponte, hijo de Gabriel de Ponte y Francisca Hernández. Con  dote de los padres de Tomás; arras. Álvaro de Quiñones, 1572, ff. 216, 218 y 292.

Tributos

—Pedro de Ponte y María de las Cuevas, viuda, dan tierras a tributo en La Culata a Gabriel de Ponte, por 10 fanegas de trigo. Antón Martín, 1544, f. 382.
—Pedro de Ponte y María de las Cuevas dan una viña en el término de Garachico a tributo a Gabriel de Ponte por el cuarto. Antón Martín, 1544, f. 385.
—Pedro de Ponte y María de las Cuevas dan un solar a tributo a Gabriel de Ponte por una dobla. Antón Martín, 1544, f. 389.
—Lorenzo Yanes, mercader, impuso un tributo de 5 doblas contra Gabriel de Ponte. Hernando Calderón, 1555, f. 433.

Testamentos

—Testamento de Gabriel de Ponte. Declara encontrarse enfermo, y pide ser enterrado en la parroquia de Santa Ana. Había casado con Francisca Hernández, difunta, y tuvo dote. Hijos: Juan de Ponte; Tomás de Ponte; Cristóbal de Ponte; Ana de Ponte, a la que dio dote cuando casó con Pedro de Plasencia [o Palencia], y María de Ponte, doncella. Álvaro de Quiñones, 1578, f. 235.
—Testamento de Ana de Ponte, mujer de Pedro de Plasencia, trajo dote ante Álvaro de Quiñones. Hijos: Gabriel, Francisco, Francisca y Juana. Álvaro de Quiñones, 1583, f. 259. 
—Testamento de María de Ponte, hija de Gabriel de Ponte y Francisca Fernández. Sin sucesión. 1588, f. 196,



Cristóbal de Ponte



Cristóbal de Ponte [da Ponte o de Aponte]


Autógrafo de Cristobal de Ponte

Genovés. Mercader. Fue primero morador en Gran Canaria.
Hijo del también genovés Juan Esteban de Ponte.
Habitó en La Caleta de San Pedro, y su hacienda de El Tanque se encontraba en el Realexo de Dabte, encima de Garachico.
Construyó en su propiedad la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, luego de San Sebastián, donde mantenía clérigo capellán.
Casó, en 1503,con Ana de Vergara, fallecida en 1514, hija de García de Vergara y María Hernández. Hermana de Pedro de Vergara
      Hijos:
      I. Bartolomé de Ponte, casado con María de las Cuevas.
    II. Pedro de Ponte, que casó con Catalina de las Cuevas, hermana de su cuñada e hijas ambas del bachiller Alonso de Belmonte e Inés Benítez de las Cuevas.
     Con Juana Gutiérrez, guanche, tuvo a
     III. Gabriel de Ponte o Aponte casado, en 1539, con Francisca Fernández, portuguesa, Hijos:
    Juan de Ponte casado, en 1561, con María de Rebolledo, hija de Juan de Rebolledo y Margarita Díaz, portugueses, que pasó a Indias.
    Tomás de Ponte, que casó en 1572, con Inés de Paz, hija de Melchor de Paz y Ginebra Gómez, portugueses, también se estableció en las Indias.
     Ana de Ponte, mujer en 1572 de Pedro de Palencia.
     María de Ponte, falleció sin sucesión y Cristóbal de Ponte.
     IV. María de Ponte, que casó con Juan de Clavijo.
     Hija: Francisca de Ponte, mujer de Antón Martín, escribano público.
     Falleció Cristóbal de Ponte en diciembre de 1532

Datas

—Data en 1 de julio de 1497, en Dabte.
—Ya en 12 de mayo de 1500 tenía la data de Dabte. En Los Silos estaba establecido Gonzalo Yanes. Entremedio de los dos se dio a Mateo Viña. Debe estar en la construcción de su ingenio, con préstamo de Francisco de Riberol.
—En data de 4 de diciembre de 1500 a Diego de León, éste tiene tierra encima del molino de Cristóbal de Ponte.
—La tierra de Cristóbal de Ponte en Garachico tenía como lindantes a Gonzalo Díaz y Pedro de Vergara.
—En 1501 recibe data de tierra Lope de Fuentes, encima de la casa de Cristóbal de Ponte.
—En 1501 Antono Martínez recibe tierra para un pomar desde el horno viejo de la casa de Cristóbal de Ponte.
—Data el 21 de abril de 1501 de tierra de secano encima de su heredad, lindando con Lope de Fuentes, en el camino de Icode.
—Data del 2 de septiembre de 1501 de confirmación de la tierra comprendida entre Garachico e Icode, junto con un roque en la mar. Desde su molino de pan hasta una caleta, donde se empezó a hacer un  horno de cal, que no se acabó. Todo ya cercado.
—Data el 14 de febrero de 1502 de un tablero de tierra en Garachico, de 3 fanegadas de tierra de secano, lindando con tierra de Lope de Fuentes y de la otra parte tierra de Cristóbal de Ponte. Es entremedias del camino que va de la mar a la montaña, a media ladera. Para sacar leña para el ingenio.
—Data el 3 de marzo de1502 de una ladera de tierra desde su cercado hasta Icode, linda desde su cercado hasta el sabinar de Icode. En esa ladera Cristóbal de Ponte ha hecho un camino. Con toda el agua que pudiera aprovechar.
—Confirmación de las datas en Dabte el 30 de octubre de1503: Desde su molino, en el agua de Mateo Viña, hasta el sabinal de Icoden, y de los riscos de la mar hasta el monte; también el barranco donde tiene hecho el lance de su ingenio [lance de Hernandianes]. Con toda la tierra y agua que pudiera aprovechar. Y licencia para hacer sierra de agua, lo hará en 1504 junto con Jerónimo de Valdés, Lugo y Pedro de Vergara que se sirva su molino con agua, hasta el sabinal de Icode […] lo cual vos do por quanto vos aveis noblecido esta isla e aveis hecho en ella ingenio e cada día haceis y edificais en ella, de que SS. AA. se sirven e la república es acrecentada. Reformada en 1506.
—Data el 30 de julio de1505 para Ana de Vergara, sobrina de Lugo, un pedazo de 8 fanegadas de tierra de regadío, en Icode, a la salida del Malpaís, yendo desde Dabte. Es un llano.
—Data de 10 cahíces en Garachico el 13 de abril de 1506, del camino arriba hacia la montaña. Linda con Juan de Regla.


—Tenía ingenio en San Pedro de Dabte y hacienda en El Tanque [Realexo de Dabte], encima de Garachico, en compañía con los Riberoles [micer Cosme y Francisco de Riberol, vecinos de Sevilla]. Sus datas se incrementaron con las de Antono Martínez y Gonzalo Díaz que le vendieron las propias. La hacienda acabó en cercado y llegaba hasta San Pedro y el camino real. Tierras de regadío plantadas con cañas y otras de secano, y parral, todo en Garachico. Se había iniciado la sociedad por venta de Ponte, de la mitad de sus bienes insulares, a Cosme en 1 cuento y 450000 maravedíes y la formalización de una compañía ante Sebastián Páez en 31 julio de 1507. Habrá dos ingenios, el viejo [en el que está Cosme] y el nuevo.

Deudas

—De la deuda de Gonzalo Díaz  [que ya se había ido de la Isla] de 3000 flejes de cañas, que pagó Antono Dias a Mateo Viña, asume la mitad. Las molerá en su ingenio. Juan Ruiz de Berlanga, 12 de junio de 1507.
—En el testamento de Juan de Vitoria aparece como deudor por compra de hierro. 7 de abril de 1509.
—Deuda de dos arrobas de azúcar a Gonzalo Bartolomé. 2 de junio de 1509.
—Pagó deuda a Juan Ruiz de Berlanga. Juan Márquez, 26 de septiembre de 1519, f. 253r.
—Cristóbal de Ponte ajusta sus cuentas con Franco de Negrón. Le debe en total 60 arrobas de azúcar. Juan Márquez, 27 de junio de 1520, f. 369r.
—El guanche Andrés Fernández le paga su deuda a través de Juan Rodríguez, gallego. 21 de agosto de 1520.
—Toma de Pedro Yanes, mayordomo de la iglesia de San Pedro, 60 fanegas de cebada y 40 de trigo. 15 de enero de 1523.

Compraventas

—Venta de la mitad de sus bienes en Dabte a micer Cosme de Riberol, vecino en Sevilla. Sebastián Páez, 31 de julio de 1507.
—El documento recuerda la venta de la mitad de los bienes insulares de Ponte a Cosme Riberol, pero ahora se acuerda no hacer la división para no perjudicar a la hacienda y el ingenio. Por lo que hacen compañía por diez años. Las tierras de regadío se plantarán con cañas y las de secano con pan. Ponte llevará la administración. Anulan la escritura de compañía otorgada ante Sebastián Páez en 31 julio de 1507. Como Cosme piensa irse a vivir a Génova, su ciudad natal, se compromete a revender dichos bienes a Ponte, al finalizar el período de diez años, por 1.250.000 maravedíes. Si Ponte no quisiera comprarla pagará 200.000 maravedíes. Juan Ruiz de Berlanga, 17 de noviembre de 1507.
—Cristóbal de Ponte y su  mujer compran mercaderías a Juan Jácome de Carmenatis. Hipotecan un parral que tienen encima de su ingenio. Su morada en La Caleta. 5 de junio de 1509.
—Gabriel Más, catalán y estante, en nombre de Lope de Conchillos, comendador, cuyo poder tiene [dado en Sevilla el 1 de abril de 1511], dice que S. A. dio por merced al comendador los bienes que él había comprado en las yslas de Canaria, da poder al bachiller Góngora y a Gabriel Más en Sevilla, estando en ella el Rey don Fernando y el Consejo de Nuestra Señora la Reyna), vende los bienes de Tenerife a Cristóbal de Aponte. Los bienes y demasías que tenía el Comendador en Tenerife son estimados en un valor de 200.000 maravedíes, que paga Cristóbal de Ponte. Sebastián Páez, 19 de febrero de 1513, ff. 579r-581v.
—Compra ropa a Franco de Negrón. Alonso Gutiérrez, 31 de enero de 1520, f. 817r.
—Compra ropa a Franco de Negrón. Juan Márquez, 3 de septiembre de1520, f. 487r.
—Vende tres caballos a Baltasar Correa. 25 de septiembre de 1520. 
—Vende 100 arrobas de azúcar a Gregorio Marengo. Juan Márquez, 9 de septiembre de1521, f. 558r.
—Compra su data a Antonio de Ávila que son 50 fanegadas de tierra de secano encima de la hacienda de Cristóbal de Ponte; linda con tierra de Francisco Guerra y de la otra parte, tierras realengas [data el 20 de diciembre de 1517]. 25 de septiembre de 1521.
—Bartolomé y Pedro de Ponte compran una bula para cada uno; otro comprador de bula es el vaquero de Cristóbal de Ponte, llamado Juan Afonso; otro, Pedro Díaz y Diego Rodríguez, criados de Cristóbal de Ponte; Cristóbal de Ponte compró 6 bulas de vivos. 15 de agosto de 1522.
—Vende 100 arrobas de azúcar a Gregorio Marengo. En la misma fecha, Juan Moreno cancela su deuda. 1 de septiembre de 1522.
—Bartolomé de Ponte compra un caballo a Bartolomé Delgado. 9 de octubre de 1523.
—Bartolomé de Ponte  vende un solar a Alonsianes, que le paga con 7 docenas de tablas de pino. Rodrigo Fernández, 28 de diciembre de 1523.
—Junto con Silvestre Pinelo vende vino a Bartolomé González. 21 de enero de 1524.
—Vende una jaca a Alonso Márquez. Alonso Gutiérrez, 19 de mayo de 1524, f. 288r.
—Bartolomé de Ponte vende un solar en San Pedro a Melchor Fernández, pescador, linda con casa de Blas Afonso [la vendió a Melchor Rodríguez], solar de Juan de Mora [pasó a Juan Yanes, criado de Cristóbal de Ponte], calle real y el mar. 16 de enero de 1525.
—Vende a Juan de Mesa un pedazo de tierra, detrás de una casa de Juan. 17 de febrero de 1525.
—Vende a Simón Lorenzo dos pedazos de tierra para solares y corrales. Uno linda con la casa de Pedro de Ponte, casa de Gonzalo López y calle real; otro con casa de Pedro de Noce y casa de Antonio Hernández. 20 de febrero de 1525.
—Bartolomé de Ponte compra puercos a Alonso de Barrios, con el que tenía concierto y partido. 9 de marzo de 1525. 
—Bartolomé de Ponte compra ropa a Pedro López. 15 de abril de 1525.
—Vende un estanque a Antono Martínez. 22 de junio de 1525.
—Vende un corral a Bartolomé Delgado, detrás de la casa de éste, linda con corral de Pedro González Carrillo y solar de Bartolomé de Ponte. Rodrigo Fernández, 2 de agosto de 1525.
—Vende a Juan de Mesa una viña, con la mitad del agua de una fuente y un pedazo de sequero, detrás de las casas de Juan de Mesa y de Juana Rodríguez, la castellana, dentro del cercado de Cristóbal de Ponte, al cabo de su casa. En la misma fecha, el documento nos dice que había dado solar a Martín Yanes [éste lo vende a Silvestre Pinelo], linda con casa de Marcos García, con solar del mismo Marcos, calle real y por detrás calle que va a la iglesia de Nuestra Señora. En la misma fecha, da a censo perpetuo a Pedro Machado un pedazo de tierra en el cercado, linda con tierra a censo dada a Alonso Yanes y Juan Afonso, por abajo el risco, por la otra parte un risco y por otra banda con los sauces. 30 de septiembre de 1525.
—Bartolomé de Ponte compra ropa a Hernando Báez. 29 de noviembre de 1525.

Cesiones y donaciones

—En 13 de agosto de 1516 da licencia a Juan de Regla, alcalde de Dabte, para que haga la casa de audiencia y cárcel, en tierra suya, debajo de su albarrada en la caleta de Garachico. Linda con Juan de Mora por arriba, con solar de Pedro Yanes, con los risco de la mar. Ha venido dando solares de distintos vecinos para que hicieran sus casas y quedaran como moradores.
—Hacia 1517 hizo donación de tierras a Juan Clavijo, en calidad de dote para María de Ponte, su hija.
—Donación de solar el 13 de febrero de 1517 a Juan Cabeza para que construya su casa y corral en San Pedro para que los vecinos en ello pueblen. Debajo de su albarrada, hacia la mar, linda con solar de Juan Jorge y de la otra parte risco de piedras, y por la parte de abajo el camino real.
—Juan Díaz, en su testamento, declara que Cristóbal de Ponte le dio solar para hacer su casa. 2 de enero de 1525. 

Poderes

—Poder a Diego Riquel. 3 de julio de 1520.
—Poder al bachiller Juan Rodríguez. 6 de mayo de 1521.

Pleitos

—Pleito contra Antono Martínez de Daute por un esclavo. Alonso Gutiérrez, 14 de mayo de 1520, f. 526r. 
—Los dos esclavos de Cristóbal Jorge y otro moro robaron todas las peras y membrillos de Martín Yanes de El Carrizal. Rodrigo Fernández, 29 de octubre de 1521.
—Alonso Monesterio, mayordomo de Cristóbal de Ponte, denuncia a Alonso de Barrios porque le mató un perro que su amo tenía para guarda de su casa y hacienda. 20 de junio de 1522.
—Su aserrador se llamaba Arias Donís y denunció que los esclavos negros de Cristóbal de Ponte partieron una toza de tea, para leña del ingenio, que tenía Antón Martín en el aserradero de Cristóbal de Ponte para portadas. 28 de julio de 1522.

Transacciones y contratos

—Contrata con Gonzalo Machado y Afonso Yanes, el corte de madera para los trabajos en su casa en la caleta y puerto de Garachico. Cinco portadas de tea, cinco palacios, tijeras de mocán, barbuzano y acebiño, cinco escaleras de servicio. Rodrigo Fernández, 9 de agosto de 1520.
—Se concierta con Blas Afonso para que le desburgue los cañaverales que se han de moler esta zafra en su ingenio. En 16 de enero de 1521.
—Da 100 fanegas de cebada a Juan de Regla a cambio de 55 fanegas de trigo. 20 de junio de 1521.
—Se concierta a partido, por tiempo de cuatro años, con Pedro Díaz, todos los cañaverales que tiene en tierras que lindan con Antono Martínez y tierras de Agustín Interián. 13 de abril de 1522. 
—Da vino a Pedro Yanes de la Caleta a cambio de una esclava de 25 años. 23 de junio de 1522.
—Da a partido y censo perpetuo un pedazo de tierra calma dentro de su cercado a Gonzalo Pérez, desde la acequia del desaguadero del molino hasta el risco. No cortar árboles. 21 de octubre de 1522.
—Pedro Machado renueva su partido [hecho el 9 de septiembre de 1520 y asociado a Gonzalo Díaz] en una viña y molino hasta completar los nueve años. 23 de abril de 1523.
—Gonzalo Rodríguez le va a hacer cal en un horno que está junto a la casa de purgar de su ingenio. 16 de septiembre de 1523. 
—Da a Juan Martín a censo perpetuo tierra en su cercado, linda con el risco y la acequia nueva, para viña. E indica que igual había hecho con Juan Rodríguez, Pedro Yanes y otros. 13 de enero de 1524.
—Da a partido por tiempo de 9 años a Álvaro Pérez, 30 fanegadas de tierra encima de Sn Pedro [en El Realejo de Dabte], una huerta y arboleda de duraznos y membrillos. Para sembrar trigo y cebada. 14 de junio de 1524.
—Da a censo perpetuo un solar a Bastián Núñez [se lo vendió a Baltasar Rodríguez], dentro de su cercado, linda con solar de Pedro González Carrillo [éste vende a Martín González, yerno de Martín Báez, una casa de piedra pajiza, que linda con casa de Bartolomé Delgado, casa del vendedor], solar del bachiller Mansilla, camino real y cercado. 20 de octubre de 1524,
—Da a censo perpetuo a Pedro Yanes un pedazo para viña, dentro de sus tierras. En la misma fecha, da a censo a Afonso Yanes, aserrador, y Juan Afonso otro pedazo de tierra en el cercado, encima de la huerta vieja, donde dicen La Guancha. Empieza donde hay dos o tres morales a dar a un almendro. 11 de noviembre de 1524. 
—Da en censo perpetuo: dos solares a Juan Rodríguez, lindan con solar del bachiller Belmonte y calle; un solar a Alonso Yanes, linda con casa de Isabel Páez, solar de Bartolomé Hernández [carpintero], calle que va a Santa María de los Ángeles; un solar a Roque Fernández [se lo pasó a Afonso Báez], linda con solar de Luis Afonso, solar de Alonso Monesterio [lo vendió a Blas Afonso y Juan Rodríguez], calle que va a Santa María de los Ángeles y a San Francisco; un solar a Gaspar de Herrera [se lo pasó a Melchor Rodríguez], linda con solar de Alonso González, tabernero, con casa de Bárbola Pérez [negra], con solar de Juan Picazo y calle que va a Santa María de los Ángeles o de Agosto. En la misma fecha, vende un solar a Gaspar González, linda por abajo con casa y bodegón del Concejo, con viña de Juan Clavijo, con calle real y con camino que va a la montaña. 13 de noviembre de 1524 
—Da a partido al cañaverero Gonzalo González todas sus tierras de cañas en San Pedro, lindan con tierras de Antono Martínez y hacienda de Agustín Interián. Por tiempo de cuatro años. Le dejará a su esclavo berberisco Diego. 15 de diciembre de 1524. 
—Da a censo un pedazo de tierra para viña, encima de la acequia nueva del molino, por arriba con el risco, por una parte con un topo de una rocha y por otra con unos morales. En la misma fecha, censo de un pedazo para viña a Juan Rodríguez, tejedor, linda con pedazo de Martín Báez hacia el molino. 11 de enero de 1525. 
—Da a censo perpetuo a Pedro Machado una tierra para viña dentro de su cercado, linda con las dadas a Alonso Yanes y a Juan Afonso. 27 de enero de 1525,
—Da a censo perpetuo a Diego Díaz un pedazo de tierra para viña en su cercado, linda entre las dos acequias. 23 de marzo de 1525.
—Da a censo a Alonso López y Alonso López un pedazo de tierra y un solar dentro del cercado, linda con casa de Juana Rodríguez, la castellana, casa de Bartolomé Delgado, casa y corral de Pedro González Carrillo, riscos a la espalda, corral de Juan de Mesa. 14 de junio de 1525.
—Da a censo perpetuo a Pedro, gallego, un pedazo de tierra en su cercado para viña, linda por abajo con la tierra de la cueva, por un lado con tierra de Pedro Yanes, por arriba el camino del lance y por la otra banda con barranquillo. 22 de agosto de 1525.
—Tiene dado a partido Los Dornajos a Juan Ochoa y Diego Bravo. 10 de septiembre de 1525.
—Da a censo perpetuo a Gonzalo Álvarez un pedazo de tierra calma en su hacienda, linda con tierra de Juan Rodríguez, tierras de cañas y risco de la madre del agua hacia Icode. 14 de septiembre de 1525.
—Da a censo Juan Fernández, negro, un pedazo de tierra en el cercado para viña; le da también un solar para hacer su casa, linda con solar donde tiene su casa Bárbola la negra. 12 de octubre de 1525.
—Pedro Machado y Hernando Báez dejan el partido que tenían con Cristóbal de Ponte sobre una viña en el barranco del Lance [por donde bajan la leña para quemar en el ingenio] y un molino [encima del otro molino de Cristóbal de Ponte], pasó a Juan de Soyllanes. 19 de octubre de 1525.
—Da a censo perpetuo a Fernando Báez un pedazo de tierra en su cercado, encima del ingenio viejo hacia Icode, con pedazo de tierra dado a Gonzalo Álvarez, con risco, hacia la mar y con tierra puesta de cañas por Cristóbal de Ponte y por arriba otra tierra que Fernando puede aprovechar, para viña y arboleda. 25 de octubre de 1525.
—Da a censo un solar a Juan Sobrino, linda con solar y casa de Benito Suárez, zapatero, yerno de Francisca Martín, viuda, ésta vendió su solar y casa pajiza a Martín Yanes del Carrizal, linda con solar y casa de Juan Ochoa, con solar y casa de los herederos de la Bermeja [Catalina Hernández] y de Juan Sobrino, calle real y por detrás solar del licenciado Rodrigo de Alfaro y solar de Juan Rodríguez, alguacil [realmente la mitad era para Juan Sobrino y la otra mitad para Andrés de Villanueva, hijo de Catalina Hernández, viuda, bajo la tutela de Alonso López]. 4 de enero de 1526.
—Da a censo perpetuo a Melchor Fernández un majuelo en San Pedro, linda con tierra de Juan Prieto, con el ingenio viejo de Cristóbal de Ponte, con el camino que va a la viña de arriba de Cristóbal de Ponte y el molino, por la parte de abajo con la casa que solía ser despensa de su ingenio. En la misma fecha, vende un solar a Juan de Mesa; linda con casa de Bartolomé Delgado, con casa de Juana Rodríguez, la castellana, por detrás el cercado. Tiene un esclavo llamado Gabriel. 16 de enero de 1526.
—Da a censo un solar para casa al licenciado Rodrigo de Alfaro, linda con solar de Juan de Ochoa y por la parte hacia San Francisco con solar dado al propio licenciado, delante calle real que va a San Francisco e iglesia de Nuestra Señora y por detrás con solares de Benito Suárez y Juan Sobrino. En al misma fecha, da a censo un pedazo de tierra para viña a Gil Fernández, encima del ingenio, linda con tierra dada a Gonzalo Álvarez, por arriba hacia la montaña, por debajo tierras de Juan Fernández, el negro, con una fuente, con unos sauces, debajo de la acequia del molino. 18 de enero de 1526.
—Da a censo dos solares a Juan González, pescador, linda con pared de los frailes, con solar de Juan Moreno, calle real y tierra calma. 28 de octubre de 1526.

Arrendamientos

—La viña que tienen a renta Gonzalo Díaz y Pedro Machado la traspasan a Fernando Báez. 21 de diciembre de 1521. 
—Antón Martín tiene a renta tierras y un buey. 10 de marzo de 1522.
—Da en renta por tiempo de tres años 70 fanegadas de tierra en La Culata para sembrar trigo y cebada, a Diego Bravo. Linda con el arrastradero por donde se baja la madera y la montaña de Icode. Rodrigo Fernández, 12 de junio de 1524.

Propiedades 

—En San Pedro tenía tierras cercadas con albarrada que lindaba con solar de Cristóbal Vellorino [éste las vende a Pedro González Carrillo], y calle real. 4 de junio de 1521. Juan Márquez, f. 283r.
—Ante el alcalde Juan de Regla denuncia que los vecinos entran en su hacienda y hacen daños. 6 de junio de 1521.
—Luis Ramos, albañil, vende solar a Pedro González, linda con cerca y pared de San Francisco y solares y cercado de Cristóbal de Ponte. Tiene en el solar casa pajiza. 28 de octubre de 1526.
—Tenía tierras de secano en Tacoronte, lindado con tierras de Juan Salinero. 16 de abril de 1509.
—En los testamentos de Lope Báez y Francisco de Lugo se cita limosna para la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, que es en la casa de Cristóbal de Ponte. Alonso Velázquez, 4 y 6 de mayo de 1520.
—En el testamento de Catalina Hernández se indica que la ermita de Nuestra Señora de los Agosto [de los Ángeles] estaba junto a la casa de Cristóbal de Ponte. 16 de mayo de 1523.
—Luis Ramos tenía casa en el cercado, junto con convento de San Francisco [la compró a Suero Quiñones; la venderá Pedro González, maestro de azúcar]. 16 de mayo de 1525. 

Cargos

—Junto con Silvestre Pinelo, tiene encomendada la guarda de salud del término. Aíslan un barco y su tripulación venido del cabo de Aguer por pestilencia. Era una carabela de Juan González, hijo de Gonzalo Yanes de Dabte. 5 de junio de 1522.

Criados y esclavos 

—Otorga libertad a Bastián, su esclavo, hijo de su esclava Bárbola. 29 de octubre de 1525.
—Juan Rodríguez, aserrador, era su criado. Bernardino Justiniani, 24 de septiembre de 1527.
—Tenía un moledor de caña llamado Martín Afonso. 17 de marzo de 1509.
—Uno de sus cañavereros se llamaba Alonso Rodríguez. 6 de mayo de 1520.
—En el testamento de Bartolomé Gerín se nombra a dos criados suyos llamados Jorge y Francisco. Que en su casa guardaba una caja y ropa de Bartolomé. Alonso Gutiérrez, 14 de agosto de 1520.
—Tenía un criado llamado Gonzalo González. 20 de agosto de 1520. 
—Salió fiador de su criado Bastián, preso por insultar a Francisco. 29 de septiembre 1520. 
—El clérigo al servicio de Cristóbal de Ponte figura  como testigo en documento de Bartolomé de Llarena. 9 de octubre de 1520.
—Tuvo un criado llamado Gabriel Gutiérrez. Los documentos han venido hablando del ingenio viejo, de la herrería vieja, del molino viejo, de la acequia vieja en claro señalamiento de que había abandonados unos y construidos otros en distinto lugar; está dando solares para que se edifique en San Pedro y Garachico, tierras dentro de su cercado en régimen de censo para viñas, y tierras en renta en otras zonas para trigo y cebada]. 10 de febrero de 1524.
—Ante Alonso de Llerena, acudió a embargo de bienes de Lugo, por demanda de trabajadores y Juan Alonso Agras, pagando 413.000 maravedíes por 19 esclavos y una esclava, el cobre del ingenio de El Realexo y la mitad de la caña de azúcar plantada en tierra de canarios. Luego Francisco de Lugo pagó dicho importe.

Testamentos

—Su hija natural María de Ponte, mujer de Juan Clavijo, otorgó su testamento. Pidió ser enterrada en el convento de San Francisco de la villa de San Cristóbal, en la sepultura que allí tiene su padre. Dejó por heredera a su hija Francisca y a su marido Juan Clavijo, como curador de los bienes de la menor. Albaceas: Juan Clavijo y Cristóbal de Ponte, su padre. Benito Sánchez, 3 de febrero de 1520.
—Cristóbal de Ponte otorgó su testamento cerrado, que fue abierto a su muerte en 1532 [ el 11 mayo] ante Antón Martín, escribano público de Dabte. Quedaría su hijo Bartolomé de Ponte con el heredamiento de Dabte y Pedro de Ponte con el de Adeje. 1 de diciembre de 1530.

—En 1527 fue convocado por la Inquisición. Él se excusa diciendo no puede venir por sus muchos años y achaques. En escrito posterior alega es hombre enfermo y muy debilitado y flaco y tiene perdida mucha parte de la vista de tal manera que es menester adestrarle y guiarle. En 1929, de la información familiar se desprende el origen converso sevillano de los Vergara.


Nota
Lamentablemente, Cebrián Latasa dejó incompletas, al referirse a Cristóbal de Ponte, numerosas citas a las que les falta el nombre del escribano, o el número del folio del documento.